Aunque no soy especialmente aficionado a la pintura, a menudo he notado que una obra peor pintada podía parecerme mejor que otra cuya realización fuese perfecta, si la primera reflejaba una situación interesante y la segunda no. Creo recordar que esta misma reflexión ya la hizo Goethe en sus conversaciones con Eckermann. Comparando, por ejemplo, un cuadro de una naturaleza muerta (típica mesa con pan, ajos, una botella de vino, etc.) a uno de la Virgen con el niño, difícilmente el primero nos parecerá más hermoso que el segundo aunque su realización sea algo mejor. La naturaleza muerta, por muy bien dibujada que esté, no es otra cosa que una serie de objetos que no nos dicen nada, mientras que en el segundo caso, aparte de las creencias que tengamos, observamos una madre con su hijo, y si el artista ha tenido la sensibilidad y la habilidad necesarias para reflejar la escena, veremos en esa imagen representada una situación que nos recordará también hechos y sentimientos de nuestra propia vida. Nos emocionará, como no podrá emocionarnos nunca una imagen de una botella o un trozo de pan, y el arte habrá conseguido su objetivo: transmitir sentimientos del autor al espectador, en lugar de ser un mero ejercicio de técnica.
Creo que para que una pintura (o escultura) realmente sea una gran obra de arte, un arte elevado, tiene que tener un mérito que va mucho más allá de la técnica; tiene que tener un contenido, un mensaje, un sentimiento, algo que trascienda a la pintura misma. Hace falta que la imagen tenga, no sólo una realidad física, sino un espíritu; de lo contrario, sería como una persona con cuerpo, pero sin alma.
Imagen: http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/jpg/MAV00760.jpg
Creo que para que una pintura (o escultura) realmente sea una gran obra de arte, un arte elevado, tiene que tener un mérito que va mucho más allá de la técnica; tiene que tener un contenido, un mensaje, un sentimiento, algo que trascienda a la pintura misma. Hace falta que la imagen tenga, no sólo una realidad física, sino un espíritu; de lo contrario, sería como una persona con cuerpo, pero sin alma.
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