sábado, 30 de agosto de 2008

El espíritu de la imagen

Aunque no soy especialmente aficionado a la pintura, a menudo he notado que una obra peor pintada podía parecerme mejor que otra cuya realización fuese perfecta, si la primera reflejaba una situación interesante y la segunda no. Creo recordar que esta misma reflexión ya la hizo Goethe en sus conversaciones con Eckermann. Comparando, por ejemplo, un cuadro de una naturaleza muerta (típica mesa con pan, ajos, una botella de vino, etc.) a uno de la Virgen con el niño, difícilmente el primero nos parecerá más hermoso que el segundo aunque su realización sea algo mejor. La naturaleza muerta, por muy bien dibujada que esté, no es otra cosa que una serie de objetos que no nos dicen nada, mientras que en el segundo caso, aparte de las creencias que tengamos, observamos una madre con su hijo, y si el artista ha tenido la sensibilidad y la habilidad necesarias para reflejar la escena, veremos en esa imagen representada una situación que nos recordará también hechos y sentimientos de nuestra propia vida. Nos emocionará, como no podrá emocionarnos nunca una imagen de una botella o un trozo de pan, y el arte habrá conseguido su objetivo: transmitir sentimientos del autor al espectador, en lugar de ser un mero ejercicio de técnica.

Creo que para que una pintura (o escultura) realmente sea una gran obra de arte, un arte elevado, tiene que tener un mérito que va mucho más allá de la técnica; tiene que tener un contenido, un mensaje, un sentimiento, algo que trascienda a la pintura misma. Hace falta que la imagen tenga, no sólo una realidad física, sino un espíritu; de lo contrario, sería como una persona con cuerpo, pero sin alma.

Imagen: http://www.artehistoria.jcyl.es/genios/jpg/MAV00760.jpg

domingo, 24 de agosto de 2008

Dinero y banderas

No sé si alguna vez me he metido (supongo que sí) con la vergonzosa manera de tratar los deportes por parte de TVE (y prácticamente cualquier medio español). Patrioterismo barato y mercantilismo puro. La retransmisión del deporte se centra básicamente en el fútbol (y ya ni en el fútbol, sino en los dos equipos más mediáticos), más alguna imagen de Alonso o Nadal, pero porque son figuras de primer nivel y porque la F1 y el tenis también son bastante mediáticos, que si no... El resto del deporte no existe a menos que alguien gane un mundial o algo parecido, en cuyo caso no te muestran casi imágenes del deporte, sino del izado de la bandera y la interpretación del himno. Es que somos muy patriotas.

Las olimpiadas no son una excepción. Viendo la retransmisión de TVE tiene uno la sensación de estar viviendo el mundial de baloncesto, aderezado con ocasionales retransmisiones de algún otro deporte, más algún izado de bandera española. Las cosas llegaron a su límite estos últimos días cuando, tras haber retransmitido las dos semifinales al mediodía (España-Lituania y EEUU-Argentina), volvieron a repetirlas por la tarde, cuando evidentemente hay docenas de actuaciones deportivas a retransmitir, que nunca llegarán a ver los chavales que en ese momento tuvieron que apagar el televisor, porque para qué ver un partido que muy probablemente ya habían visto.

Entiendo que si se juega a las 7 o las 8 de la mañana, se vuelva a emitir por la tarde si es algo que tiene mucho interés, pero cuando el partido se ha emitido a una hora prudencial, volver a pasarlo cuando se están jugano decenas de otras competiciones, me parece muy poco profesional. Y todo porque los que mandan han decidido que lo que vende es eso y que además las empresas que patrocinan el baloncesto español sueltan un dinero que justifica sacrificar la profesionalidad.

La guinda la tuvimos ayer, cuando a las ocho de la tarde, esperando alguna emisión de alguna competición que no hubiera podido verse a lo largo del día, contemplamos estupefactos cómo nos repetían la final de baloncesto del 84, tanto por TVE2 como por Teledeporte. Vergonzoso.

Luego nos extrañamos de que se ganen pocas medallas. ¿Qué esperamos? ¿Qué deportes van a conocer los chavales si ni en las mismísimas olimpiadas, ocasión única para promocionarlos todos, sólo nos centramos en dos o tres? ¿Qué cultura deportiva va a haber si cuando podemos promocionar docenas de deportes apenas practicados o en los que nunca hemos tenido buenos resultados, vamos y volvemos a pasar, en horas de máxima audiencia, un partido de hace 24 años? Milagroso es ya que caiga alguna que otra medalla en piragüismo, en natación sincronizada o en gimnasia. Quienes las han ganado tienen el mérito añadido de ser pioneros que van contra corriente.

Eso sí, luego salimos con lo del "a por ellos" y todo eso... es que amamos el deporte. Sobre todo TVE, que hasta copia el grito de otras cadenas.

Imagen: http://tumundovirtual.wordpress.com/2008/04/24/helena-le-cogio-el-tiro-al-baloncesto-alema

sábado, 2 de agosto de 2008

Educación sexual, esa quimera

Recuerdo haber visto algunas tertulias en televisión sobre el tema del sexo, en las que se discutía sobre la forma de enseñarlo en las escuelas. Era verdaderamente divertido comprobar como los "expertos" coincidían en lo bueno que sería que se hablase del tema sin tapujos, discutiendo en clase, no sólo la parte más científica, sino cuestiones relacionadas con la sensibilidad y las pasiones. E incluso se mostraban sorprendidos y yo casi diría que molestos porque no se hiciera ya. Ilusos... Jamás se podrá hacer algo así. Pensar que en una escuela se pueda hablar de sexo (libremente, se entiende) es tan utópico como creer que se puede tener una asignatura de política. Sencillamente imposible.

Nadie niega que se pueden explicar los aspectos más "objetivos" del tema (y aún así quizás habría padres que pondrían pegas), pero pretender hablar de las distintas prácticas sin tapujos es imposible, porque, como en la política, todos tienen su bando, y no están dispuestos a dejar que a sus hijos se les expliquen las cosas de manera que se puedan pasar a otro. El propio maestro estará inevitablemente contaminado, no ya por tabús (que también, por supuesto) sino por un necesario partidismo. Y es que en este tema, como en la política, quien opina ya está tomando partido por algo; mantenerse "neutral" es prácticamente imposible, puesto que incluso la actitud escéptica de quien afirma que "mientas a mí no me molesten me da igual lo que haga cada uno", ya es una opinión, de la cual surge necesariamente un bando, un partido.

Ante la imposiblidad de ser neutral, creo que más vale aceptar que es un tema conflictivo y dejarlo aparte. A quien no esté de acuerdo, le propongo que primero prueba a crear una asignatura de política. Si es capaz de hacerlo sin que ésta provoque problemas con padres, alumnos y profesores, entonces creeré en la enseñanza del sexo en las aulas.

Quienes defienden esa enseñanza abierta son, a menudo, progres ilusos que sueñan con una clase en la que el profesor enseña a los alumnos a ser "tolerantes" con otras prácticas sexuales que no sean las habituales. Sueñan, seguramente, con romper una lanza en defensa de la homosexualidad, tema favorito de los que van de modernos y abiertos de mente. Pero yo supongo que claro, si se habla de la sexualidad en general habría que ir más allá, ¿no creen? El problema es que ir más allá es peligroso. ¿Nos imaginamos, por ejemplo, al profesor tocando el tema del sadismo o del masoquismo? ¿Y de la zoofilia? ¿Y del incesto? Y sólo estoy nombrando tres o cuatro casos a bote pronto, las combinaciones son inmumerables. Porque claro, es hipócrita defender la educación sexual para proteger ciertas prácticas y luego usar esa misma "educación" para seguir manteniendo los tabús respecto a las demas. O follamos todos o la puta al río (nunca mejor dicho). Pero no: a los progres (que no son más que conservadores pintados de otro color) lo que les va es defender la libertad de gustos, pero siempre y cuando, claro está, estos gustos no resulten molestos para sus estrechas mentes, como le pasó a la vicepresidenta cuando recientemente se mostró "escandalizada" por el tema aquel del polígamo. Y es que los progres son progres con lo que les da la gana; pero con lo que no, son peores que los puritanos de la Inglaterra victoriana. Así está el patio, señores, lleno de hipocresía, como siempre ha estado. Y teniendo una sociedad compuesta en una buena parte de gente tradicional, en otra buena parte de progres de boquilla que en unas cosas querrán ir de modernos y en otras serán peores que los otros, y finalmente una buena parte de gente que ya da por sentado que estas cosas mejor se aprenden "en la calle", ¿para qué buscar problemas?

Imagen: http://blogs.elcomercio.com.pe/unicorniosydragones/2008/02/