Cuando comenzó la polémica sobre las descargas a través de Internet y los derechos de autor, la frase "pues que den conciertos" se convirtió en un clásico para referirse a los músicos que sacaban una canción famosa y luego se dedicaban a vivir de rentas, pero que luego venían quejándose de que la gente se descargaba su música, llamándoles piratas. Sin embargo, cuando se hablaba del mundo del cine, no parecía que hubiera muchas alternativas para un arte tan costoso si la gente se descargaba la película sin pagar ni un duro.
Hacia 2009, sin embargo, se inició en España un curioso proyecto llamado El Cosmonauta. Se trataba de una película que pretendía financiarse a través de donaciones voluntarias por parte de gente que estuviera interesada en que se realizara la película. A esta manera de hacer las cosas se la designa con la palabra anglosajona crowdfunding. El director era un joven llamado Nicolás Alcalá, y la película iba a pertenecer a una pequeña empresa de la que él era socio, Riot Cinema.
Como yo estaba interesado en la película (la astronáutica siempre me ha parecido interesante, y más la soviética, que es más desconocida para nosotros), y como además me parecía una idea novedosa que podía ayudar al mundo del cine, el mes de mayo de 2011 decidí hacer una donación de 100 euros. Realmente, no lo vi nunca como una inversión; era consciente de que era muy improbable recuperar ni un solo euro de la financiación, ya que se trataba de un proyecto prácticamente amateur y que difícilmente conseguiría recaudar el dinero que seguramente hace falta para una película sobre un tema como ese. Lo hice simplemente por principios y porque me caía simpática la idea.
En efecto, fue pasando el tiempo sin que tuviera noticias de que la película estuviera acabada. Una pena, pensé, pero ya me lo esperaba. Sin embargo, en julio de 2012 me enviaron una carta anunciando que el estreno sería para la primavera de 2013. Por un lado me alegré de que por fin fuese a ver la luz, pero tuve una sensación extraña. ¿Cómo es que un grupo de chavales se toman casi 4 años para hacer una película? ¿De qué han estado viviendo todo este tiempo? Si realmente se les iba de presupuesto, ¿no hubiera sido mejor que se centrasen en algo más asequible? Pero bueno, tampoco le di importancia, y me volví a olvidar del tema. Ya me avisarán, pensé, cuando por fin la estrenen, y a ver cómo queda.
Cuál fue mi sorpresa cuando hace unos días, volví a tener noticias de Nicolás Alcalá y de su empresa (de la que entonces he averiguado muchas cosas que no sabía), pero no por la película, sino por una lamentable carta que se atrevió a enviar a un parado llamado Carlos que le pedía trabajo, en la que lo humillaba de una manera injustificable, y que luego tuvo la desfachatez de subir a Internet y compartir con sus colegas.
Este hecho no pasó inadvertido a los usuarios de las diferentes redes sociales, y se multiplicaron los comentarios de condena, por lo que los chicos de Riot Cinema intentaron disimularlo, haciendo ver que en realidad era una carta positiva, enviada con la mejor intención, para aconsejar a Carlos en su búsqueda de empleo, así que publicaron esta entrada en su blog, para calmar un poco las críticas, aunque sin arrepentirse ni darse cuenta del patético ridículo que habían hecho (lo cual dice muy poco de ellos y de sus capacidades para llevar una empresa).
Pero la gente no es tonta, y esta manera de negar la evidencia es demasiado burda, así que las críticas se encendieron aún más, llegando incluso a foros como menéame o forocoches, que reciben miles de visitas cada día.
Acorralados, y temiendo por el futuro de su empresa, volvieron a intentar calmar a la gente con otra entrada del blog, aparentemente llena de humildad y arrepentimiento, pero que no desprendía suficiente sinceridad, y que a estas alturas ya no colaba. Se veía demasiado claramente que sólo querían salvar sus culos. Esta disculpa tiene ahora mismo más de 2.600 comentarios, casi todos poniéndolos a caldo, e incluso amenazándoles.
No voy a entretenerme ahora en comentar todos los detalles de las dos cartas y las dos disculpas; con lo que hay por la red podéis contrastar opiniones en gran cantidad. Si tenéis curiosidad por mi opinión, podéis leer los comentarios que hago en menéame, donde escribo como donatien.
El acojone de los chicos llegó tan lejos que incluso sacaron sus fotos de su web. Las habían colgadó ahí para dar una imagen de empresa actual y transparente, una empresa que da un trato personal, muy 2.0 que se dice ahora; todos ellos en poses propias de modernillos graciosos y con comentarios de lo más gafapastosos sobre ellos mismos. Si tenéis curiosidad, aquí hay una captura de caché donde podéis contemplar el aspecto de su web antes de que escondiesen sus perfiles. El tipo de la manzana, con pinta de choni es Nicolás Alcalá. Como veis, todos ellos transmiten profesionalidad al máximo.
También desde algunos sitios surgieron voces en su defensa (como esta o esta), aunque mucho menos numerosas y contundentes que las voces críticas.
Me enteré también, gracias a algunos comentarios de menéame, de que han recibido ayudas públicas por valor de casi 100.000 euros (aquí podéis consultar la lista de empresas que han recibido ayudas y la cantidad de cada una).
En definitiva, a lo largo de estos días he ido descubriendo más y más cosas sobre este tema, que tenía ya casi olvidado, y de esta empresa de cuyo nombre ya no me acordaba, y cuya página web no llegué a descubrir en su día (pues lo dirigían todo hacia la página del proyecto). He notado, por ejemplo, que la página de la empresa, aparte de muy sosa y bastante pobre, sólo está en inglés. También está sólo en inglés el trailer de la película. Yo me pregunto: tratándose de una empresa española, ¿tanto costaba traducir cuatro frases (porque eso es lo que hay de texto) y ofrecer la web también en español? De acuerdo que la hagan también en inglés para promocionarse, pero no me parece normal que no tengan versión española, y más cuando su principal proyecto pretenden financiarlo a base de donativos, muchos de los cuales vienen, indudablemente, de España.
Por cierto, que el trailer deja entrever una película que parece una copia de las norteamericanas, tanto por la banda sonora, como por las actitudes de los actores, el hecho de que esté rodada en inglés... es que ni siquiera la estética es muy soviética que digamos. Si tan intelectuales e innovadores se creen, mejor que hubieran contratado a algunos actores locales y la hubieran rodado en ruso. Al menos hubiera quedado más auténtica.
Pues bien, estos tipos, estos chavalines con aires de modernillos y que no son capaces de presentar su miserable paginilla en español, pese a ser una empresa española, o que tienen un correo de empresa tan "guay" y tan serio como hola@riotcinema.com; estos presuntuosos que se declaran "organized, efficient and the best in her field" o "real workaholic", pero que luego tardan 4 años en hacer su proyecto inicial; estos insensibles que humillan a alguien que está en paro y que les escribe una carta de presentación estándar, sí, pero correctísima, y que luego se embolsan 100K euros de nuestros impuestos; en definitiva, estos caraduras, resultan ser aquellos mismos a los que hace un año doné 100 euritos.
¿Me arrepiento de ello? No exactamente. En cierto modo tengo la sensación de que mejor me los hubiera gastado en otra cosa; pero tampoco es menos cierto que en ese momento, con la información que tenía, parecía una buena opción. Lo que sí deseo es que ahora el destino le dé a cada uno lo que merece, y sin duda así va a ser, puesto que El Cosmonauta, como proyecto volcado en Internet que es, está ya irremediablemente condenado; y con él probablemente caiga la propia empresa. De alguna manera, la ira del gran público, a veces injusta e irracional, servirá de correcta venganza a la carta que le enviaron a Carlos, que es también injusta e irracional. Ojo por ojo, que suele decirse.
Si tuviera que darles un consejo, les diría que Nicolás Alcalá debe abandonar Riot Cinema, por el bien de su empresa; quizás entonces aún estarían a tiempo de salvar su imagen. El problema es que en realidad ya es tarde para eso. Con las pretendidas "disculpas" de su blog, lo que han tardado en darse cuenta de su error y la manera de explicarlo, se ve claramente que la empresa misma le respaldaba en cierto modo, por lo que a estas alturas, ya todos son vistos como culpables, y el orden de los acontecimientos ha sido tal que probablemente ninguna disculpa le valga al público. Sólo queda desearles que esta experiencia les enseñe a ser más humildes y más profesionales, y que esa lección les sirva en los proyectos con los que intenten ganarse la vida una vez que Riot Cinema se hunda, lo cual, previsiblemente, no va a tardar mucho en ocurrir.
Actualización: He encontrado este artículo en el que se trata bastante acertadamente la repercusión de esta movida. También he visto un comentario en la entrada original de Riot Cinema, que explica muy bien lo que muchos pensamos sobre la carta; sólo hay que ir a la página y buscar el comentario de "El justiciero".