jueves, 14 de noviembre de 2013

Los colaboradores necesarios

Cuando ocurre algo malo en la sociedad, mucha gente cree que hay unos culpables y que el resto del mundo es inocente, sin matices en medio. Pero no suele ser así. Entre unos y otros existe un grupo de personas que, sin ser realmente los culpables, sí forman parte del desastre, y de alguna manera acaparan una buena parte de la responsabilidad. Son los colaboradores necesarios.

Es tentador poner el ejemplo fácil del nazismo y los millones de alemanes que, por activa o por pasiva, permitieron que un pequeño grupo de descerebrados creasen la mayor tragedia de la Historia. Sin duda los culpables eran los miembros de ese grupo (Hitler, Goebbels, Himmler...), pero nunca hubieran podido hacer nada sin la ayuda de un colectivo mucho mayor que, o bien les apoyó, o bien les dejó hacer.

Sin embargo, existen miles de otros ejemplos. Yo casi diría que no hay nada verdaderamente importante y malo que pueda hacerse sin los colaboradores necesarios, porque un pequeño grupo de personas jamás podrá crear un gran efecto por sí mismo. Estos últimos días hemos podido ver eso mismo con Canal 9.

Se ha derrochado tinta estos días discutiendo sobre si los trabajadores de la televisión valenciana eran culpables o no de la flagrante manipulación que se ha producido durante todos estos años, y cuyo episodio más vergonzoso (aunque no el único ni mucho menos) fue la ocultación de los hechos del accidente del metro valenciano.

En realidad, los trabajadores no eran culpables ni no culpables. Estaban en esa zona intermedia en la que uno no es directamente responsable de la acción, pero tiene en su mano pasar a formar parte de ella (a veces simplemente mirando para otro lado) o negarse. Ellos decidieron formar parte. Ahora piden disculpas, que están muy bien, pero que suenan algo mezquinas porque sólo han llegado cuando han visto peligrar su puesto, y no antes. Argumentan que les obligaron desde los despachos, que la culpa fue de los directivos; y es cierto: la culpa fue de los directivos, pero éstos jamás hubieran podido hacerlo sin su colaboración. Por tanto, aunque la culpa fue de unos, la responsabilidad es de muchos.