Anda la cosa revuelta en Barcelona por el tema de las putas que merodean las Ramblas (y otras calles cercanas). Por lo visto al ayuntamiento ya se le ha agotado la paciencia, aunque la verdad es que no lo acabo de entender, porque hará cosa de un año o dos se pusieron duros y casi "limpiaron" la ciudad de prostitución, creo que apoyándose en una normativa que multaba a los clientes, no a las putas, y que sigue existiendo, supongo. Misteriosamente, al cabo de un tiempo resurgió el problema, y no igual que antes, sino peor de lo que yo he visto jamás.
El caso es que, por la razón que sea, el alcalde ha pedido auxilio a los legisladores del estado español, para que doten a la policía de armas con las que actuar. Por una vez estoy de acuerdo con él. Las cosas hay que tenerlas claras: o se regula (como proponen los progres de IC) o se prohíbe, pero lo que no puede ser es seguir mirando hacia otro lado, como ha hecho la sociedad durante siglos.
Personalmente, el tema de las putas siempre me ha importado un comino y nunca hasta ahora me había sentido molesto. Antes tú ibas por la calle y a veces veías a alguna chica en la esquina esperando clientes. Bueno, ¿y qué? Pasando. Si acaso ella a lo mejor te guiñaba el ojo o algo así a ver si ganaba un cliente, pero para de contar. Tú a la tuya y listo. Pero eso era antes. Ahora, recorrer la tradicional calle de las Ramblas de noche se ha convertido poco menos que en una odisea, en la que tienes que ir apartando putas con los brazos cual explorador que aparta los matojos de la selva con su machete. No es una frase hecha, me he llegado a encontrar así. Y qué quieren que les diga, agradable no es. Sobre todo porque se les suman los pakistaníes que te abruman cada 1,5 metros intentando venderte latas de cerveza. Menos mal que a estos últimos sí que los han erradicado con una normativa que prohibe esa venta ambulante (o eso dicen, a ver si tras el periodo vacacional me paso una noche por Barcelona y lo compruebo). Por lo visto contra la venta ambulante se puede actual, pero contra las putas no.
Otra cosa curiosa es que todas las putas de las Ramblas son negras. No me parece bien ni mal, simplemente me llama la atención. No hay sudamericanas, rusas, rumanas... solo negras. Qué mundo más raro, será que van por zonas.
La situación que recientemente se vive en las Ramblas sólo la había visto antes en la famosa calle Montera, de Madrid, otro sitio que hace sentir vergüenza, y en el que los vecinos, desamparados ante la inacción del ayuntamiento, habían amenazado con filmar a putas y clientes y difundir las grabaciones públicamente. No sé si allá finalmente se ha movido el ayuntamiento, pero falta haría.
De momento el presidente Rodríguez se ha quedado un poco fuera de juego, y solo ha sabido poner cara de circunstancias y decir que la situación le produce una sensación de rechazo... En fin, esperemos que al final salga alguna ley sobre el tema que lo deje resuelto de una vez, que ya va siendo siglo.
Imagen: http://www.rionegro.com.ar/diario/2007/10/05/images/42961.jpg
El caso es que, por la razón que sea, el alcalde ha pedido auxilio a los legisladores del estado español, para que doten a la policía de armas con las que actuar. Por una vez estoy de acuerdo con él. Las cosas hay que tenerlas claras: o se regula (como proponen los progres de IC) o se prohíbe, pero lo que no puede ser es seguir mirando hacia otro lado, como ha hecho la sociedad durante siglos.
Personalmente, el tema de las putas siempre me ha importado un comino y nunca hasta ahora me había sentido molesto. Antes tú ibas por la calle y a veces veías a alguna chica en la esquina esperando clientes. Bueno, ¿y qué? Pasando. Si acaso ella a lo mejor te guiñaba el ojo o algo así a ver si ganaba un cliente, pero para de contar. Tú a la tuya y listo. Pero eso era antes. Ahora, recorrer la tradicional calle de las Ramblas de noche se ha convertido poco menos que en una odisea, en la que tienes que ir apartando putas con los brazos cual explorador que aparta los matojos de la selva con su machete. No es una frase hecha, me he llegado a encontrar así. Y qué quieren que les diga, agradable no es. Sobre todo porque se les suman los pakistaníes que te abruman cada 1,5 metros intentando venderte latas de cerveza. Menos mal que a estos últimos sí que los han erradicado con una normativa que prohibe esa venta ambulante (o eso dicen, a ver si tras el periodo vacacional me paso una noche por Barcelona y lo compruebo). Por lo visto contra la venta ambulante se puede actual, pero contra las putas no.
Otra cosa curiosa es que todas las putas de las Ramblas son negras. No me parece bien ni mal, simplemente me llama la atención. No hay sudamericanas, rusas, rumanas... solo negras. Qué mundo más raro, será que van por zonas.
La situación que recientemente se vive en las Ramblas sólo la había visto antes en la famosa calle Montera, de Madrid, otro sitio que hace sentir vergüenza, y en el que los vecinos, desamparados ante la inacción del ayuntamiento, habían amenazado con filmar a putas y clientes y difundir las grabaciones públicamente. No sé si allá finalmente se ha movido el ayuntamiento, pero falta haría.
De momento el presidente Rodríguez se ha quedado un poco fuera de juego, y solo ha sabido poner cara de circunstancias y decir que la situación le produce una sensación de rechazo... En fin, esperemos que al final salga alguna ley sobre el tema que lo deje resuelto de una vez, que ya va siendo siglo.
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