Hoy es jornada de reflexión, así que eso hago ahora mismo, reflexionar. La verdad es que he seguido poco la actividad política previa a las elecciones de mañana, en parte por estar muy ocupado con otras cosas, en parte porque la política que me interesa es justamente la que no sale por la tele, ni por la radio, ni en la mayoría de periódicos. En estos medios hemos podido ver, una vez más, campañas completamente publicitarias por parte de los partidos, sin nada de mensaje, sin nada de contenido, exactamente iguales a las de un anuncio de coches o de colonias. Atacar al adversario, explotar los miedos de la población y caer en el populismo, es lo único que saben hacer ya los partidos grandes. De Europa se ha hablado poco, por no decir nada. Así nos luce el pelo: prácticamente todo el mundo que conozco dice que pasará de votar. No comparto su positura, pero no me extraña. Verdaderamente, o estás muy interesado en descubrir otras corrientes políticas, o las que son conocidas no mueven absolutamente nada a ir a dejar la papeleta.
Con esta situación no me extraña que partidos tradicionalmente considerados extremistas consigan buenos resultados en Holanda, por ejemplo. Cansada ya la gente de lo de siempre y mermada la participación por culpa del desinterés, estas tendencias encuentran terreno abonado para su crecimiento.
En fin, mañana votaré. Mi voto, con suerte, ayudará a que al menos uno o dos de los escaños españoles no vayan a parar al PPSOE. Tras la publicación de los resultados, unos creerán haber ganado algo y lo trasladarán a la política nacional, otros se inventarán excusas, y todos se lamentarán de la baja participación, sin por ello querer cambiar nada de cara al futuro. Total, hasta dentro de cuatro años, les impotará un bledo la participación.
Imagen: http://fcom.us.es/blogs/nuevafcom/2008/10/15/arquitectura-de-la-informacion-una-reflexion/
Con esta situación no me extraña que partidos tradicionalmente considerados extremistas consigan buenos resultados en Holanda, por ejemplo. Cansada ya la gente de lo de siempre y mermada la participación por culpa del desinterés, estas tendencias encuentran terreno abonado para su crecimiento.
En fin, mañana votaré. Mi voto, con suerte, ayudará a que al menos uno o dos de los escaños españoles no vayan a parar al PPSOE. Tras la publicación de los resultados, unos creerán haber ganado algo y lo trasladarán a la política nacional, otros se inventarán excusas, y todos se lamentarán de la baja participación, sin por ello querer cambiar nada de cara al futuro. Total, hasta dentro de cuatro años, les impotará un bledo la participación.
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