Hace unos días escuché en el telediario un comentario que me sorprendió. La familia Clinton acababa de poner seis millones de dólares de su propio bolsillo para esta recta final de la elección del candidato demócrata para las presidenciales de Estados Unidos. Seis millones de dólares. Casi nada. Y todo para unas semanas de campaña de dudoso final, y que no lleva a la presidencia sino a la candidatura, puesto que luego habrá que derrotar al candidato republicano.
Todo esto nos hace pensar inmediatamente en una cosa: Si una familia invierte seis millones de dólares en algo así, es porque espera ganar con ello muchísimo más. Sin embargo, está claro que el sueldo de presidente de los Estados Unidos, aún siendo elevado, no permite recuperar esta inversión, así que no nos queda más remedio que pensar que el dinero vendrá bajo cuerda, de la mano de empresas que se verán beneficiadas por ciertas decisiones de la administración. Es una aceptación implícita de los mamoneos que todos sospechamos que existen en los gobiernos de todos los países.
En España tenemos otros ejemplos como el de la retirada de Pizarro del PP una vez perdidas las elecciones. Evidentemente, este hombre espera ganar más en la empresa privada que de diputado; pero si piensa eso es porque de ministro sí esperaba ganar mucho más que en la empresa privada. ¿Y por qué? Pues evidentemente por todos los favores que hubiera hecho a empresas afines a él. No hay otra explicación.
Mientras tanto, nosotros agachamos la cabeza, y dentro de cuatro años volveremos a decir aquello de "¿y a quién vas a votar?" Ciertamente, el sistema está bien atenazado, y romper este círculo vicioso es difícil. Pero por lo menos no está de más alzar la voz continuamente para que se sepan todas estas cosas. Ya que no nos resulta fácl impedirlas, al menos no dejemos que se olviden.
Imagen: http://www.conservapedia.com/Hillary_Clinton
Todo esto nos hace pensar inmediatamente en una cosa: Si una familia invierte seis millones de dólares en algo así, es porque espera ganar con ello muchísimo más. Sin embargo, está claro que el sueldo de presidente de los Estados Unidos, aún siendo elevado, no permite recuperar esta inversión, así que no nos queda más remedio que pensar que el dinero vendrá bajo cuerda, de la mano de empresas que se verán beneficiadas por ciertas decisiones de la administración. Es una aceptación implícita de los mamoneos que todos sospechamos que existen en los gobiernos de todos los países.
En España tenemos otros ejemplos como el de la retirada de Pizarro del PP una vez perdidas las elecciones. Evidentemente, este hombre espera ganar más en la empresa privada que de diputado; pero si piensa eso es porque de ministro sí esperaba ganar mucho más que en la empresa privada. ¿Y por qué? Pues evidentemente por todos los favores que hubiera hecho a empresas afines a él. No hay otra explicación.
Mientras tanto, nosotros agachamos la cabeza, y dentro de cuatro años volveremos a decir aquello de "¿y a quién vas a votar?" Ciertamente, el sistema está bien atenazado, y romper este círculo vicioso es difícil. Pero por lo menos no está de más alzar la voz continuamente para que se sepan todas estas cosas. Ya que no nos resulta fácl impedirlas, al menos no dejemos que se olviden.
Imagen: http://www.conservapedia.com/Hillary_Clinton
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