Hoy me he quitado un peso de encima. Tenía una cuenta pendiente con una amiga con la que no me había portado muy bien recientemente y le he pedido disculpas. Ella las ha aceptado. Parece simple, pero no lo es; ya hace tiempo hablé de lo importante que es el perdón y lo difícil que es tanto para el que lo pide como para el que lo da. Ciertamente, dejar a un lado las diferencias y comprender los errores son actitudes que nos dignifican y nos hacen ser mejores como personas, porque al estar todos nosotros plagados de vicios y defectos, sería imposible mantener amistades sin estar dispuestos a aceptar errores y malentendidos. Por eso he llegado también a la conclusión de que los mejores amigos no son aquellos que nunca se pelean, sino aquellos que siempre están dispuestos a reconciliarse. Creo que es una máxima que llevaré siempre conmigo.
Imagen: http://fraynelson.com/blog/?p=2283
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1 comentario:
Creo que el secreto de la felicidad es no tomarse en serio uno mismo sino como instrumento de algo mayor. En este algo caben muchas cosas, sabias y necias, justas e injustas, porque no representa un fin en sí; es el fin de fines, una especie de "tao". Y luego: hacer lo mejor, esperar lo peor.
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