martes, 17 de marzo de 2009

El ruido y la importancia

Por mucho que vivamos en un mundo globalizado, hay detalles que siempre llaman la atención cuando contemplas la vida política de otros países. Me enteré hace días que el cachondo de Chuck Norris pretende ser el presidente de un estado de Texas independiente de la Unión. Se apoya en el tradicional rechazo de algunos americanos al gobierno de Washington, al que consideran un nido de burócratas corruptos (probablemente no les falta razón, pero eso no significa que la solución sea la independencia de Texas).

Supongo que a los americanos les pasará igual si estos días leen nuestros diarios o ven nuestros telediarios y comprueban el enorme interés que despierta saber si fulanito se fue de cacería con menganito, o si a futanito le han regalado un traje hecho a medida. Por no hablar de historias de espías sobre las que se hace mucho ruido, pero que al final acaban difuminadas entre la confusión provocada por los insultos de unos y otros. Las comisiones de investigación son tan endogámicas que dan risa (los propios políticos tienen que investigarse a sí mismos, por lo visto), y se prevé un culebrón parecido al de escándalos anteriores, en los que al final no se sacó nada en claro, y la gente dejó de interesarse en el tema por cansancio. No sé, creo que a un yankee, lo de la cacería de Bermejo le parecería tan gracioso como a nosotros nos lo pareció lo del caso Lewinsky, una cosa de esas que no acabas de comprender, hasta que caes en la cuenta de que es otro país, otra cultura, y que le dan importancia a cosas diferentes de las que tú crees importantes.

Mientras, los trajadores pierden sus empleos, las empresas aprovechan la crisis para echar gente o reducir jornadas, y ciertos directivos se llenan los bolsillos justo después de lloriquear y decir que necesitan ayudas, como ha pasado hace poco con AIG.

Hoy he leído que Irlanda limitará los sueldos de sus banqueros a 500.000 euros anuales (algunos cobraban aproximadamente el doble), siguiendo el camino de Obama, que limitó el de los banqueros norteamericanos a 500.000 dólares. Eso sí es un comienzo esperanzador (aunque todavía muy insuficiente) y algo que a la larga puede tener consecuencias; no chorradas de trajes, cacerías o tejanos que se creen que viven en los tiempos de la Confederación. Creo que fue Nietzsche quien dijo que los acontecimientos realmente importantes transcurren silenciosamente a lo largo de la historia (ahora no recuerdo la frase exacta, pero era algo así); seguramente tenía razón.

Imagen: http://politicakungfu.wordpress.com/2008/07/18/balancines-fiscales-o-como-vivimos-en-el-peor-de-los-mundos-posibles/

1 comentario:

Johnny Tastavins dijo...

Exactamente, mucho ruido y pocas nueces. Mientras tanto, dos niñas entran y salen de la UVI por una reacción a una vacuna contra el virus del pailoma que por lo menos se ha demostrado poco experimentada. Pero cada vacuna cuesta al INSS más de 500 €. Niñas de entre 9 y 14 años debe haber en España más de 1 millón. Multiplicación fácil. ¿A que suena feo pero flojito?