Decía Einstein que no sabía cómo sería la Tercera Guerra Mundial, pero que sí sabía cómo iba a ser la cuarta: con garrotes y piedras. Me da la impresión de que se equivocaba, porque, contrariamente a lo que él debió suponer, en la tercera no se va a luchar con armas nucleares. Ni siquiera con armas convencionales. Va a ser una guerra de información. Como muy bien ha apostillado John Perry Barlow,
Es porque un grupo de personas (llamémosles periodistas, pues lo merecen mil veces más que los que llenan los medios convencionales con noticias insulsas, previsibles, amarillistas y muy frecuentemente manipuladas) han decidido publicar una serie de documentos clasificados. Especialmente un paquete de 250.000 documentos desde 1966 hasta hoy, del que ya han hecho una primera entrega de unos pocos centenares. Con esta pequeña cantidad de datos ya han conseguido forzar la dimisión de un embajador canadiense y un político alemán, han enrarecido la confianza entre varios países y amenazan con llegar mucho más lejos, publicando también documentos referentes a bancos americanos.
Por supuesto, desde los paranoicos EUA, han saltado las alarmas llamándolos terroristas e intentando silenciarlos, con métodos tan infantiles e inútiles como borrar su actual registro DNS o presionar a Amazon y Paypal para que no les den servicio. Movimientos desesperados que sólo muestran la impotencia del gobierno de Obama ante la terrible realidad: que la publicación de datos de Wikileaks es ya imparable, hagan lo que hagan, y que les va a salir, probablemente, bastante cara.
También se han multiplicado las muestras de apoyo desde todo el mundo (y yo aquí he puesto mi granito de arena), y básicamente empiezan a perfilarse los dos bandos de la guerra que está a punto de comenzar (porque está claro que el revuelo provocado por estos primeros 600 documentos sólo son una escaramuza de nada comparados con lo que va a venir). Por un lado los gobiernos de casi todo el mundo (aunque alguno como Ecuador se ha puesto ya de parte de Assange y los suyos), por otro los ciudadanos que queremos que la política sea transparente y que las relaciones internacionales dejen de ser un teatrillo en el que simplemente se interpreta un papel de cara a la galería, mientras la verdadera política se hace de espaldas al ciudadano y, por tanto, de una manera poco democrática.
El espectáculo sólo ha hecho que comenzar. Vayan preparando las palomitas.
'The first serious infowar is now engaged. The field of battle is WikiLeaks. You are the troops.'Ciertamente es la primera vez en mi vida (y me falta poco para los 40) en que veo a los gobiernos de todas las naciones, y especialmente al de Estados Unidos, realmente nerviosos y preocupados. Pero preocupados ¿por qué? ¿Por el hambre en el mundo? No. ¿Por las guerras? Tampoco, al menos por las convencionales. ¿Por la pobreza, por el tráfico de drogas, por la explotación de niños, por un asteroide que amenace la Tierra? No, no es por nada de eso.
Es porque un grupo de personas (llamémosles periodistas, pues lo merecen mil veces más que los que llenan los medios convencionales con noticias insulsas, previsibles, amarillistas y muy frecuentemente manipuladas) han decidido publicar una serie de documentos clasificados. Especialmente un paquete de 250.000 documentos desde 1966 hasta hoy, del que ya han hecho una primera entrega de unos pocos centenares. Con esta pequeña cantidad de datos ya han conseguido forzar la dimisión de un embajador canadiense y un político alemán, han enrarecido la confianza entre varios países y amenazan con llegar mucho más lejos, publicando también documentos referentes a bancos americanos.
Por supuesto, desde los paranoicos EUA, han saltado las alarmas llamándolos terroristas e intentando silenciarlos, con métodos tan infantiles e inútiles como borrar su actual registro DNS o presionar a Amazon y Paypal para que no les den servicio. Movimientos desesperados que sólo muestran la impotencia del gobierno de Obama ante la terrible realidad: que la publicación de datos de Wikileaks es ya imparable, hagan lo que hagan, y que les va a salir, probablemente, bastante cara.
También se han multiplicado las muestras de apoyo desde todo el mundo (y yo aquí he puesto mi granito de arena), y básicamente empiezan a perfilarse los dos bandos de la guerra que está a punto de comenzar (porque está claro que el revuelo provocado por estos primeros 600 documentos sólo son una escaramuza de nada comparados con lo que va a venir). Por un lado los gobiernos de casi todo el mundo (aunque alguno como Ecuador se ha puesto ya de parte de Assange y los suyos), por otro los ciudadanos que queremos que la política sea transparente y que las relaciones internacionales dejen de ser un teatrillo en el que simplemente se interpreta un papel de cara a la galería, mientras la verdadera política se hace de espaldas al ciudadano y, por tanto, de una manera poco democrática.
El espectáculo sólo ha hecho que comenzar. Vayan preparando las palomitas.
2 comentarios:
Muchas veces digo que "estamos mas engañados que el del show de truman" y cada dia que pasa veo que es mas cierto, pero.... la pregunta que yo me hago ahora es ¿como puedo saber si lo que publica wikileaks es cierto o no?
Me explico, ante tanta mentira, tanto medios de comunicacion manipulados en todos los ambitos,
tanto "periodista" chaquetero o lameculos,
¿como me puedo asegurar de que wikileaks no es otro engañabobo mas?,
No quiero, que se me malinterprete, yo pienso que toda la politica está podrida, pero ¿como puedo saber de que wikileaks no es otro mas o tiene intereses?
No hace mucho se empezo a difundir el rumor de que "el hombre nunca ha llegado a la Luna", ese rumor se ha extendido tanto hasta el punto de que hoy casi todo el mundo se lo ha llegado a creer, siendo falso.
Me refiero que hay tanta mentira y falsedad por todos sitios, que ya no me fio de nadie ni de nada.
Un saludo....
Lo que publica wikileaks bien podría ser mentira, no ya porque ellos sean unos mentirosos, sino porque algunas de sus fuentes (recordemos que ellos se limitan a difundir documentos que les "chivan") podrían tener intereses. También puede ser falso lo que dicen los gobiernos (como en el famoso caso de las armas de destrucción masiva iraquíes), todo el mundo puede ser un mentiroso, a fin de cuentas.
Ahora bien, a juzgar por los indicios que se han observado estos días, no parece que haya mucha falsedad en los cables publicados. Prueba de ello es que han salido varias personas acusándose mútuamente de ser "topos", incluso en España mismo hemos visto algún ejemplo. También hemos visto alguna dimisión como la el embajador canadiense en Afganistán. Todo parece indicar que algo de verdad hay. Quizás haya algún documento que esté manipulado, pero que en general no es ninguna trola, parece claro.
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