Ayer tocaba ir a la sala Salamandra a ver un concierto de rock en el que participaban tres grupos que están comenzando y prometen bastante. Gracias, Yadira, por avisarme, porque si no no creo que me hubiera enterado de esta actuación, y hubiera sido una gran pérdida. Fui simplemente por curiosidad y por salir un rato, y me encontré con uno de esos momentos que te hacen pensar en qué es realmente el rock y cómo hay que vivirlo: Nada de grupos super-publicitados que actúan en algún macroconcierto lleno de seguratas y patrocinado por alguna marca de cerveza; nada de famosillos endiosados y de jóvenes que van allí más a hacer relación social que a verles. En lugar de eso, tres bandas que empiezan con ilusión, con buen hacer, y un público que llenó la sala para compartir con ellos esas tres horas aproximadamente.
La banda principal de la noche era Stop, stop, un grupo que parece sacado de la California de 1986 y trasladado a la Barcelona de 2007 a través de un túnel del espacio-tiempo. Hard rock sencillo y directo, como el que uno podría esperar de aquellas bandas como Bon Jovi o Motley Crue (a quien no le vaya ese estilo mejor que se abstenga, porque es 100% eso). La imagen, muy cuidada, y la actitud muy conveniente, aunque al cantante aún le faltan tablas, pero joder, para ser su primer concierto (yo no podía creérmelo, pero eso dijeron ellos), impresionante. Parecían una banda que ya tuviera un buen rodaje. El público animó siempre y se divirtió de lo lindo (estas cosas se notan cuando estás en medio de la gente), o sea que... qué se puede decir, que una gran noche de rock'n'roll.
Sobre las dos bandas que tocaron antes, Segle XIII y Elvandar, decir que lo hicieron muy dignamente, y que gracias a ellos se completó aún más una gran noche. Me pareció genial que la gente del bar Rocka-rolla (hasta hace poco Playboy), que fueron quienes lo montaron, mezclasen tres grupos tan diversos y que incluso cantan en idiomas diferentes (Segle XIII en catalán, Elvandar en castellano y Stop, stop en inglés). Más variedad imposible, y es algo de agradecer ante tanto sectarismo que a veces se ve en este mundillo.
Segle XIII hacen una música muy conceptual, con influencias muy variadas (power, folk, heavy, clásica...), usando también violín eléctrico, y bastante cuidada. Me impactó sobre todo el guitarrista (y cantante), que es buenísimo y con un toque a lo Yngwie, difícil de ver hoy en día. Más mérito tiene sobre todo por lo jovencitos que se les ve a todos. Si ahora ya lo hacen así, dentro de unos años podrían ser una gran banda. Eso no quita que el estilo que hacen no me acaba de gustar mucho, porque para mí se hace algo retorcido y demasiado "atmosférico", con tanta reverberación en las voces, pero para gustos...
Elvandar estuvieron bien, aunque no hacen una música que me guste mucho. Metal variado, con diferentes influencias (heavy, thrash, doom,...) con decir que después de estar una buena parte del concierto haciendo guturales o tocando con sonido thrash, tocaron también una versión del "It's so easy", de Guns'n'roses. Se divirtieron e hicieron divertirse al público, que es lo importante. Otros dignos participantes en el concierto.
Sólo me queda felicitar a las chicas del Rocka-Rolla por lo genial que les salió todo, por haber vendido las 500 entradas y espero que no pierdan la costumbre de hacer cosas así, porque vale la pena. Desde luego conmigo pueden contar entre el público.
La banda principal de la noche era Stop, stop, un grupo que parece sacado de la California de 1986 y trasladado a la Barcelona de 2007 a través de un túnel del espacio-tiempo. Hard rock sencillo y directo, como el que uno podría esperar de aquellas bandas como Bon Jovi o Motley Crue (a quien no le vaya ese estilo mejor que se abstenga, porque es 100% eso). La imagen, muy cuidada, y la actitud muy conveniente, aunque al cantante aún le faltan tablas, pero joder, para ser su primer concierto (yo no podía creérmelo, pero eso dijeron ellos), impresionante. Parecían una banda que ya tuviera un buen rodaje. El público animó siempre y se divirtió de lo lindo (estas cosas se notan cuando estás en medio de la gente), o sea que... qué se puede decir, que una gran noche de rock'n'roll.
Sobre las dos bandas que tocaron antes, Segle XIII y Elvandar, decir que lo hicieron muy dignamente, y que gracias a ellos se completó aún más una gran noche. Me pareció genial que la gente del bar Rocka-rolla (hasta hace poco Playboy), que fueron quienes lo montaron, mezclasen tres grupos tan diversos y que incluso cantan en idiomas diferentes (Segle XIII en catalán, Elvandar en castellano y Stop, stop en inglés). Más variedad imposible, y es algo de agradecer ante tanto sectarismo que a veces se ve en este mundillo.
Segle XIII hacen una música muy conceptual, con influencias muy variadas (power, folk, heavy, clásica...), usando también violín eléctrico, y bastante cuidada. Me impactó sobre todo el guitarrista (y cantante), que es buenísimo y con un toque a lo Yngwie, difícil de ver hoy en día. Más mérito tiene sobre todo por lo jovencitos que se les ve a todos. Si ahora ya lo hacen así, dentro de unos años podrían ser una gran banda. Eso no quita que el estilo que hacen no me acaba de gustar mucho, porque para mí se hace algo retorcido y demasiado "atmosférico", con tanta reverberación en las voces, pero para gustos...
Elvandar estuvieron bien, aunque no hacen una música que me guste mucho. Metal variado, con diferentes influencias (heavy, thrash, doom,...) con decir que después de estar una buena parte del concierto haciendo guturales o tocando con sonido thrash, tocaron también una versión del "It's so easy", de Guns'n'roses. Se divirtieron e hicieron divertirse al público, que es lo importante. Otros dignos participantes en el concierto.
Sólo me queda felicitar a las chicas del Rocka-Rolla por lo genial que les salió todo, por haber vendido las 500 entradas y espero que no pierdan la costumbre de hacer cosas así, porque vale la pena. Desde luego conmigo pueden contar entre el público.
1 comentario:
Los conciertos de los grupos noveles suelen sorprender bastante (tanto para bien como para mal) y lo triste es que muchas veces las salas o los bares donde se hacen estos conciertos los promocionan tan poco que ni nos enteramos.
Hay muchos grupos poco conocidos o que aun están empezando que son casi tan buenos (o mejores) que muchos de los que ahora tanto suenan en todas partes.
Me alegro de que fuese una buena noche! ;)
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