Acabo de volver del comedor, donde he degustado un excelente arroz caldoso (es que mi madre es la hostia en la cocina) y no puedo resistirme a contar lo que he visto mientras comía.
Resulta que a esas horas echan en la Primera un programa-concurso en el que el presentador negocia con el concursante para que éste intercambie con él unos sobres, dentro de los cuáles puede haber más o menos dinero. Los primeros sobres, sin embargo, se consiguen contestando a unas preguntas, y luego ya se negocia si yo te cambio este por esos dos y tal y cual. Vale, hasta aquí todo bien, el típico concurso tonto que sólo tiene la gracia de ver cuánto dinero se lleva el concursante. Pero ahora viene lo bueno: Una de las preguntas a las que ha tenido que responder la señorita (porque era una chica de unos 30 años, calculo yo) era la siguiente: "¿Cuántos satélites naturales tiene la Tierra?" Había cuatro respuestas posibles: ninguno, uno, cinco o infinitos.
Inmediatamente han venido a mí las increíbles imágenes que hace pocos días circulaban por la red, en las que veíamos cómo en la versión francesa del 50x15, al concursante le preguntaban sobre qué cuerpo orbitaba sobre la Tierra, y en lugar de escoger la Luna, escogía el Sol. Y aún era más increíble que acabó pidiendo el comodín del público (porque claro, la preguntita es difícil de cojones) y el propio público se decantaba más por el Sol, mientras el presentador, con cara de póker, intentaba disimular.
"Pero hoy no creo que pase algo parecido", he pensado. Pues no, no ha pasado algo parecido, ha pasado algo peor. Con cara dubitativa y que para nada daba la impresión de estar bromeando, ha dicho "mmm... estoy entre ninguno e infinitos". En ese momento la sangre ha dejado de circular por mis venas y mis ojos se han quedado abiertos sin pestañear, mirando fijamente la pantalla, como si hubiera contemplado un fantasma. No me lo podía creer. En un último intento por tener fe en la humanidad, he intentado pensar a toda costa que la chica estaba haciendo teatro y que en realidad sabía perfectamente que sólo hay un satélite natural sobre nuestro planeta. Sin embargo, mientras yo seguía mirando fijamente con la cuchara llena de arroz a medio camino entre el plato y mi boca (que se mantenía abierta por la sorpresa, no por el hambre), la chica ha acabado dando la respuesta: "Venga, digo infinitos". Una especie de colapso mental me ha invadido. No me entraba en la cabeza que alguien pudiera decir algo así. Infinitos... pero vamos a ver: Supongamos que uno es suficientemente ignorante para no saber nada de nuestro Sistema Solar. De acuerdo, supongamos que lo único que nos importa es el cine, la moda y el fútbol; pasamos olímpicamente de Copérnico, Kepler y Galileo; no sabemos de qué color es Marte ni cuántas lunas tiene Plutón, pero... ¿"Infinitos"? Es que por una simple cuestión de lógica, nunca podría darse esa respuesta. Decir "ninguno" sería ignorancia, pero decir "infinitos" es ser, además, tonto de remate.
La concursante de la que hablo no hacía pinta para nada de ser una persona con poca educación o pocos recursos, e incluso mi madre, que se había tragado la presentación, apuntó que la chica venía de estudiar en Londres (cosa que no hace cualquiera). Y ahí está, sin embargo, respondiendo algo completamente absurdo.
Ahora podría yo enrollarme vomitando bilis acerca de la incultura de la sociedad actual, etcétera, pero creo que no hace falta. Cada cual que saque sus propias conclusiones. Creo que los hechos hablan por sí solos.
Por cierto: la lumbreras, como era de esperar, se ha llevado la increíble cifra de cero euros. Ni para negociar con sobres ocultos ha tenido intuición. En fin, supongo que algunas otras cosas sí las hará bien.
Imagen: www.astrosurf.com
Resulta que a esas horas echan en la Primera un programa-concurso en el que el presentador negocia con el concursante para que éste intercambie con él unos sobres, dentro de los cuáles puede haber más o menos dinero. Los primeros sobres, sin embargo, se consiguen contestando a unas preguntas, y luego ya se negocia si yo te cambio este por esos dos y tal y cual. Vale, hasta aquí todo bien, el típico concurso tonto que sólo tiene la gracia de ver cuánto dinero se lleva el concursante. Pero ahora viene lo bueno: Una de las preguntas a las que ha tenido que responder la señorita (porque era una chica de unos 30 años, calculo yo) era la siguiente: "¿Cuántos satélites naturales tiene la Tierra?" Había cuatro respuestas posibles: ninguno, uno, cinco o infinitos.
Inmediatamente han venido a mí las increíbles imágenes que hace pocos días circulaban por la red, en las que veíamos cómo en la versión francesa del 50x15, al concursante le preguntaban sobre qué cuerpo orbitaba sobre la Tierra, y en lugar de escoger la Luna, escogía el Sol. Y aún era más increíble que acabó pidiendo el comodín del público (porque claro, la preguntita es difícil de cojones) y el propio público se decantaba más por el Sol, mientras el presentador, con cara de póker, intentaba disimular.
"Pero hoy no creo que pase algo parecido", he pensado. Pues no, no ha pasado algo parecido, ha pasado algo peor. Con cara dubitativa y que para nada daba la impresión de estar bromeando, ha dicho "mmm... estoy entre ninguno e infinitos". En ese momento la sangre ha dejado de circular por mis venas y mis ojos se han quedado abiertos sin pestañear, mirando fijamente la pantalla, como si hubiera contemplado un fantasma. No me lo podía creer. En un último intento por tener fe en la humanidad, he intentado pensar a toda costa que la chica estaba haciendo teatro y que en realidad sabía perfectamente que sólo hay un satélite natural sobre nuestro planeta. Sin embargo, mientras yo seguía mirando fijamente con la cuchara llena de arroz a medio camino entre el plato y mi boca (que se mantenía abierta por la sorpresa, no por el hambre), la chica ha acabado dando la respuesta: "Venga, digo infinitos". Una especie de colapso mental me ha invadido. No me entraba en la cabeza que alguien pudiera decir algo así. Infinitos... pero vamos a ver: Supongamos que uno es suficientemente ignorante para no saber nada de nuestro Sistema Solar. De acuerdo, supongamos que lo único que nos importa es el cine, la moda y el fútbol; pasamos olímpicamente de Copérnico, Kepler y Galileo; no sabemos de qué color es Marte ni cuántas lunas tiene Plutón, pero... ¿"Infinitos"? Es que por una simple cuestión de lógica, nunca podría darse esa respuesta. Decir "ninguno" sería ignorancia, pero decir "infinitos" es ser, además, tonto de remate.
La concursante de la que hablo no hacía pinta para nada de ser una persona con poca educación o pocos recursos, e incluso mi madre, que se había tragado la presentación, apuntó que la chica venía de estudiar en Londres (cosa que no hace cualquiera). Y ahí está, sin embargo, respondiendo algo completamente absurdo.
Ahora podría yo enrollarme vomitando bilis acerca de la incultura de la sociedad actual, etcétera, pero creo que no hace falta. Cada cual que saque sus propias conclusiones. Creo que los hechos hablan por sí solos.
Por cierto: la lumbreras, como era de esperar, se ha llevado la increíble cifra de cero euros. Ni para negociar con sobres ocultos ha tenido intuición. En fin, supongo que algunas otras cosas sí las hará bien.
Imagen: www.astrosurf.com
3 comentarios:
Deberias ver un programa que se llama "¿Sabes más que un niño de primaria?"
Para quedarse anonadado.
Joer, no se como no se te solto la cuchara de la mano...xDDDDDDD
Si, deacuerdo con el "Anonimo", deberias ver ese programa porque hay preguntas y respuestas para todo...lo mejor es que hay un huevo de cosas que yo no se (y mira que soy lista e inteligente hasta decir basta y que mi conocimiento tiende a infinito xDDDDDDD).
Yo no se si es que hay a gente a la que pagan por decir esas burradas y asi ganar audiencia (querria pensar que es asi) o es que hay gente tan leeeerda en el mundo.
Por cierto! A ver cuando tu madre me hace el arroz caldoso (o tu la paella) :P
No entiendo como teniendo un fantástico "arros caldós" delante te entretienes en ver programas de 3ª. Habrá que pedirle la receta a tu madre y preguntarla en el 50x15 :-)
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