martes, 23 de octubre de 2007

Túneles que se hunden

Tengo la desgracia de ser uno de los usuarios afectados por el corte de servicio ferroviario en la entrada a Barcelona desde Bellvitge. Ayer, por ejemplo, llegué casi una hora tarde al trabajo, y hoy he llegado justo a tiempo gracias a haber salido dos horas antes en coche desde mi casa en Vilanova i la Geltrú. Aunque las diferentes administraciones han puesto toda la carne sobre el asador, trayendo autocares de toda España y dedicando un montón de personal de Renfe y de la policía para controlar la situación, lo cierto es que los retrasos y molestias son inevitables. Menos mal, por otro lado, que la gente ha tenido bastante paciencia y ha aguantado estoicamente el via crucis que supone ahora mismo moverse entre Barcelona y las poblaciones de la Costa Dorada. Ayer mismo, por ejemplo, cuando montamos en el autocar que debía trasladarnos desde Gavá a Barcelona, todos los usuarios nos quedamos de piedra cuando nada más arrancar el conductor dijo por el altavoz: "Bueno, señoras y señores, vamos a hacer lo que podamos. Si alguno conoce bien el trayecto hasta Plaza España, le agradecería su ayuda". Comprensible por otro lado su ignorancia, puesto que muchos conductores han tenido que venir a toda prisa desde otros lugares del país, sin conocer el trayecto que debían recorrer.

Ante esta triste situación, que según parece se prolongará unos diez días más (los usuarios de FGC aún lo tienen peor, pues pueden tardar dos meses en poder volver a subir al ferrocarril), llama la atención la falta de explicaciones de los responsables políticos. Sí, ahora ya empiezan a abrir la boca algunos, pero es lo mismo de siempre: el partido que administra (en este caso el PSOE) sólo habla de que lo prioritario es la seguridad de los usuarios (hombre, faltaría más) y comentan las medidas que se van a adoptar para paliar los efectos de este inconveniente, pero sin hablar de causas o de la prevención. Mientras, los de los demás partidos piden dimisiones y punto. Es lo fácil.

Hombre, a mí que dimita la ministra me parecería consecuente, pero no me tranquilizaría. A fin de cuentas, ¿qué garantías tengo de que el siguiente lo haga mucho mejor? Y es que aquí caben dos posibilidades:

A. Que lo que ha ocurrido sea una desgracia imprevisible.
B. Que hubiera podido preverse de haber llevado bien el proyecto.

Si estamos en el caso B, está claro que tiene que haber dimisiones, pero también (y sobre todo) explicaciones de por qué se han hecho las cosas de una determinada manera. Esto último es lo que yo echo más en falta. Pero si ocurriese que la opción cierta fuese la A, entonces quizás no tendría que dimitir nadie (son desgracias que pasan), pero sí que deberíamos recibir explicaciones de los proyectos que hay previstos. Me refiero, claro está, al famoso túnel que pasará (si nadie lo impide) justo por debajo de la Sagrada familia. Hace pocos días ya publiqué un artículo sobre ello, y mira por dónde, ahora viene más a cuento que nunca reiterar lo que dije entonces: que necesitamos explicaciones, justificaciones, argumentos, no que nos vengan con la política de Juan Palomo. Porque si ahora resulta que por estas obras se ha hundido un túnel, ¿por qué no podría pasar lo mismo debajo del templo? Si un túnel puede hundirse, el otro también podría. Ya sabemos que previsiblemente no tiene que pasar, pero ¿acaso previsiblemente teníamos que estar sufriendo los inconvenientes de estos días? Y en definitiva: ¿Es realmente imprescindible que el símbolo más internacional e identificativo de la ciudad pueda sufrir el más mínimo daño por no querer hacer pasar el túnel por cualquier otra parte? Porque como le pase algo, se va a liar más gorda que ahora, y no lo va a arreglar nadie trayendo más autobuses.

Pero bueno, ya sabemos cómo acabará todo esto: los usuarios nos joderemos unos días más, a la ministra la obligarán a dimitir (ya que la presión política tiene que acabar liberándose por alguna parte, y ella es la válvula más débil), se nombrará otro ministro, y nosotros nos quedaremos sin saber por qué se hicieron o por qué se harán las cosas. Y p'alante.

Imagen: intercentres.cult.gva.es

1 comentario:

Isabel Burriel dijo...

La verdad es que lo siento. Debéis estar pasando unos días verdaderamente coñazos. Lo mínimo es que dieran explicaciones.