lunes, 2 de febrero de 2009

Adicciones que interesan y adicciones que no interesan

Esta misma mañana, viniendo a trabajar, he visto en uno de esos diarios que se distribuyen gratuítamente, una noticia que me ha llamado la atención. Decía algo así como que 2'5 millones de españoles estaban "atrapados" (creo que esta era la palabra literal) por las redes sociales. Esta tarde encontré por ahí otra noticia parecida, que presenta a Facebook como una posible adicción.

Me mostraría escandalizado al leer tantas gilipolleces si no fuera porque ya está uno acostumbrado a que los medios tradicionales (en este caso los diarios, pero también es típico de la televisión) demonicen a Internet, presentándola como un nido de perderastas (este es su tema favorito), terroristas, crackers, etc. Ahora, con lo de las redes sociales, se sacan el fantasma de la adicción. ¡Como si durante años, y también actualmente, no hubiera miles de personas adictas a la televisión, por ejemplo! Pero ahí no pasa nada. Sabemos de sobras que montones de personas se pondrían histéricas si se interrumpieran las emisiones de televisión durante unos pocos días; pero eso da igual. En cambio, si alguien se divierte apuntándose a grupos del Facebook o añadiendo gente a su lista de amistades, es que debe ser algo así como un cocainómano en versión digital. Claro.

Por supuesto, no es imposible ser adicto a las redes sociales, como tampoco lo es ser adicto a los comics, a las telenovelas o a la petanca (ay, cuántos "petancadictos" debe haber en nuestros geriátricos... y de ellos nadie habla, pobrecillos), pero mientras que en Internet nadie llama adicto a quien compra su diario cada mañana o ve la telenovela cada tarde, en los diarios y el TV se regodean con lo de que la gente es adicta a tal página, con que los niños están desprotegidos ante tal otra o con que si usas redes P2P eres poco menos que un mafioso. Y se creen que eso les va a salvar de la decadencia que ellos mismos simbolizan; se creen que con eso van a evitar que ellos, como medios de información cada vez más obsoletos que son, tengan que ir dejando sitio a la nueva manera de comunicarse y compartir información. Pues lo llevan claro.

Imagen: http://blogs.creamoselfuturo.com/sanidad/2006/10/23/las-nuevas-adicciones/#more-61

7 comentarios:

Sonia dijo...

Los más peligrosos son los petancaadictos, por eso no se habla de ellos xDDDDD.


Nah, les viene bien hablar mal de las Nuevas Tecnologías (y de las no tan nuevas) porque ven que si no la tele se va al garete teniendo tantísimas opciones de "ocio" fuera de la caja tonta.

Vamos, que están a ver si le pillamos miedo al Facebook y sobre todo a las redes P2P...

Anónimo dijo...

Criticar las 'redes sociales' desde un punto de vista de la adicción es absurdo (adicciones más raras han visto y verán estos luceros míos y jamás se ha puesto el grito en el cielo), empezando por la adicción que tienen los medios a rellenar minutos con basura, por ejemplo.

¿Criticarlas por el uso que hacen de nuestros datos en estudios de mercado o intercambiándola con third parties? Sin duda alguna, que la letra pequeña también es letra, pero supongo que eso no podría alimentar tantos minutos de 'información periodística', ergo no interesa.

Saludos.

Thimbler dijo...

Poco que añadir, la verdad. Pero yo reconozco mi adiccion, que dicen que es el primer paso. ¿Que haria yo sin mi pequeño portatil?

Johnny Tastavins dijo...

La prensa es una voraz devoradora de noticias. Y si no las hay, las inventan. Y cuanto más histriónicas mejor. Denunciar la posible adicción de las redes sociales no es más que otra (y van) de las gilipolleces que leemos a diario. Siempre rozan la tangente, pero jamás se hunden en el meollo. Y para mi el meollo de las redes sociales es el límite que se debe poner a la exposición de la intimidad de cada persona.

La leyenda urbana (quizá no tan leyenda) que los Directores de Recursos Humanos (vaya palabrejas)entran en Facebook para ver el perfil de cada candidato me parece cuando menos perversa. ¿Quién no tiene una cara profesional y otra de fin de semana? ¿Debe ser la misma? ¿Debo mostrar al mundo quién son mis amistados o quien no? Ese es para mi el debate. Y no las tonterías de presuntas adicciones.

monsieur le six dijo...

De todos modos, Johnny, respecto a eso de desvelar tu intimidad y de que las empresas indaguen en tu facebook... Si configuras la seguridad como debes y sólo aceptas como amigos a quienes debes, no tiene por qué pasar nada. Otra cosa es que empieces a agregar a todo el mundo o que dejes la página visible para todo quisque.

Y en todo caso, aunque las empresas indaguen en tu página, yo no lo veo tan grave. ¿Que resulta que te descartan por unas fotos de un fin de semana? Una manía más, como cuando se descarta a alguien por su manera de vestir. Tampoco me voy a traumatizar porque alguien de mi empresa vea que este fin de semana he estado bebiendo una cerveza en tal sitio.

Johnny Tastavins dijo...

Lo se, Le Six, lo sé, soy un paranóico. Me da igual. Prefiero pecar en exceso que en defecto.

Cuando me di de alta en Facebook, lo primero que me pidieron fue acceso a mi cuenta de gmail, proporcionando contraseña para poder examinar mi agenda de contactos. ¿Eso es seguro? Por mucho que me lo juren, no me lo creo. Por otro lado, la información per se nunca es buena ni mala, lo bueno o malo es el uso que se le da, y ahí amigo, no me fio un pelo de nadie.

monsieur le six dijo...

Por supuesto, Johnny, siempre es mejor pecar de precavido ;)
Me extraña que te pidieran tu contraseña para GMail como requisito necesario. Otra cosa es que te lo pidan como un paso opcional para invitar a otra gente, pero yo siempre me salto ese paso. Yo no tengo cuenta en GMail, pero tampoco recuerdo haber dado la de hotmail ni ninguna otra, ni pienso darla. Si una red social me pide una contraseña que tengo en otra parte, yo también desconfío y paso.