jueves, 2 de abril de 2009

El puzzle

Supongo que ahora tocaría hablar de esa curiosa cumbre del G20, pero para qué. Ya sabemos de qué van, ya sabemos lo que van a decir y ya sabemos lo que van a hacer. Qué gente más poco interesante. Pero sobre todo, sabemos lo que van a cambiar: Nada. O por lo menos nada que suponga un cambio de verdad, porque, como ya dijo alguien hace poco, ellos no van a solucionar el problema porque ellos son el problema.

En fin, ante el poco interés filosófico de esa reunión, he pensado que estaría bien comentar detalles más cotidianos, como lo difícil que es cuadrar nuestros intereses con los de los demás. Otro día ya hablaré de temas "importantes".

Últimamente no paro de vivir situaciones de choque entre personas. Hoy mismo: Fulanita estaba de mal humor porque no le confirman unas vacaciones puesto que Menganita (compañera de trabajo, claro) las querrá reservar los mismos días; o no, pero de entrada no sabe si las podrá hacer, con todos los problemas que comporta de reservas, coordinación con su pareja, etc. Yo mismo me había reservado unos días libres, para estar tranquilo, y ahora resulta que los planes de la gente que me rodean van a hacer que no pueda aprovecharlos tanto, mientras otros días en los que sí los podría aprovechar, estaré trabajando y no me servirán de nada.

Y más: que si pretendo descansar una tarde para estar a tope el día siguiente y de pronto surge a última hora una opción interesante que sería lamentable rechazar, con lo que te rompe todos tus planes; que si tengo que pensar un viaje sin saber si a otras personas les vendrá bien e ir descubriendo (estos próximos días lo sabré) si podré verles o no... Qué complicada es la vida. Pero no hay que traumatizarse ni deprimirse, simplemente las cosas son así. Es como la guerra: aunque ganes, seguro que habrás tenido bajas que lamentar.

En este extraño puzzle que son los intereses de todos, la nuestra es una pieza que a veces podrá encajar con otras, y otras veces no. Es así.

Aunque soy organizado para casi todo, la observación de los hechos me ha enseñado mucho, y me he vuelto más pragmático. Ha llegado un momento en que mi rutina mensual es ir esquivando inconvenientes y aprovechando oportunidades, siempre a salto de mata, sin apenas planificar nada (que es lo que querría) y arriesgándome siempre a que todo el plan, o al menos una parte, acabe en fracaso. Pero al final te acabas dando cuenta de que la vida es así, de modo que mañana aprovecharé la situación de la que me enteré ayer a última hora, pasado rezaré porque no falle nada de lo que planifiqué hace una semana, y dentro de una semana espero que suene la flauta y pueda aprovechar unos días, lo cual me hará aprovechar aún más otros que vendrán más tarde. Sin duda alguno de estos planes fallará, pero con el 50% o 60% me conformo. Es un nivel aceptable de suerte, si nos atenemos a lo que nos dicta la experiencia. A fin de cuentas, para que nosotros ganemos una parte, quizás otros tengan que perder parte de la suya; y eso no sería justo.

Imagen: http://www.bazarfrancia.com/images/puzzle2.jpg

2 comentarios:

Sonia dijo...

Yo que soy doña planificación no entiendo como hay gente que puede ir por la vida "alegremente" haciendo planes cuando y como les viene en gana, sobre todo porque a buen seguro sus planes afectan a unos y a otros.

Lo que tu has decidido es lo más lógico si ves que con quienes deberías hacer planes van a su bola y se organizan su vida, pero a veces, planificar en compañía no está de más. Digo yo.

Por cierto...¿Qué planes tienes para Semana Santa?jajajajajaajajaja!

monsieur le six dijo...

De momento ninguno, me marcharé unos días después, pero vamos, no se sabe nunca. Como digo en el artículo, últimamente acepto que las cosas pueden ser imprevisibles :P