martes, 10 de abril de 2007

La guerra del Coltan

No es reciente la noticia de que Francia y EE.UU. luchan desde hace años por controlar las explotaciones de los recursos de África, más concretamente de la zona de la R.D. del Congo (antes Zaire). Aunque los medios no suelen entrar mucho en detalles, siempre hemos oído hablar esporádicamente de esta lucha, mientras nos preguntábamos qué pintaban, por ejemplo, los legionarios franceses en esa zona del mundo, en lugar de estar en cualquier otra. Tal conflicto lo achacaba yo al oro, los diamantes, o cualquiera de los metales preciosos que todos conocemos. Ya me imaginaba que el famoso conflicto étnico entre hutus y tutsis, o la guerra política en la que intervenía Ruanda, no eran más que tapaderas de algo más profundo, pero nunca he sabido qué era.

Hoy por fin he conocido la respuesta. Se trata de un material muy útil aunque poco conocido: el Coltan, un mineral que contiene Tantalio, y que es muy usado en la fabricación de semiconductores para todo tipo de aparatos electrónicos. Resulta que el 80% de los yacimientos están en la zona oriental de este país, y la extracción se realiza mediante la esclavitud o semiesclavitud de miles de habitantes dominados por las mafias, que luego venden el material a las empresas occidentales.

Me siento agradecido a la gente que desde blogs como este ayudan a que se sepa una verdad que la mayoría de medios tratan de ocultar o por lo menos disimular. Vergüenza me da pensar que mientras nos aburren con el millonésimo cruce de acusaciones entre Acebes y Blanco (¿hay algo más inútil que preocuparse de lo que dicen estos dos señores?), no nos digan que nuestras empresas son en parte culpables de la muerte de 4 millones de personas y la esclavitud actual de vaya usted a saber cuántos miles. Algún día, si algún congoleño pone una bomba en un tren francés o estrella un avión norteamericano, por ejemplo, alguien se extrañará, se indignará y clamará que hay que luchar contra el terrorismo mundial; y mientras tanto yo me limitaré a desear que alguno de los miserables que apoyan todos estos tinglados estuviera en ese tren o en ese avión. Y no lo sentiré por él.

1 comentario:

Sonia dijo...

Impresionante...por tener mejoras tecnologicas estamos condenando a un pais a la esclavitud.

Deberiamos plantearnos muchas cosas despues de leer esta entrada.

Un besote!