jueves, 12 de abril de 2007

Los locos y los cuerdos


Me sorprende lo poco que se habla en la blogosfera sobre la aventura de los 15 militares británicos capturados y posteriormente liberados por los iraníes. Creo que es un caso interesante, y muy ilustrativo, de la actual situación de los ejércitos occidentales y de los condicionantes políticos, propagandísticos y psicológicos que determinan su eficiacia.

En otras épocas, los espías hubieran sido capturados y encerrados como prisioneros de guerra por el país que los detuviese. Nadie se hubiera quejado ni a nadie le hubiera resultado extraño que se los mandase a una prisión o que se les advirtiera con la posibilidad de ser juzgados por espías. No me imagino a una patrulla de Alejandro Magno capturada por los persas y diciendo más tarde, al ser liberados, que fueron presionados por el enemigo y que por eso admitieron que habían entrado en su territorio, después de que el propio Alejandro lo hubiera negado una y otra vez.

Hoy en día, en cambio, todo es como una farándula. Hasta las guerras de verdad acabarán siendo más cómicas que la de Gila. Y es que aunque no soy experto en política internacional ni en operaciones militares, hay cosas que considero que son de sentido común. Vamos a examinar lo sucedido porque tiene guasa:
  • Unos días antes de ser apresados, un miembro de la tripulación va y ofrece a Sky News una entrevista en la que explica que su misión es espiar a los iraníes. Genial, eso son espías y lo demás son tonterías. "¿Oiga? ¿Es el enemigo? Sí, mire, que mañana vamos a ir a espiarles y no sabíamos si les iba bien a ustedes o si sus patrullas están de permiso". En fin... Claro, ¿para qué vas a ocultar tu misión de espionaje cuando tienes la oportunidad de salir bien guapo en las fotos o en la tele? Afortunadamente, el canal no ofreció la entrevista hasta después de que los liberaran.
  • Como tienes que espiar a los iraníes, pues te metes en sus aguas territoriales, como es lógico, porque si intentas espiarlos desde fuera, poca información vas a conseguir. A pesar de todo, una vez apresados, el gobierno del Reino Unido se apresura a decir que estaban en aguas iraquíes. Claro, o sea, que según Tony Blair, los iraníes, que actualmente están esperando que un día u otro los norteamericanos o los israelíes les suelten unas cuantas bombas desde el cielo, no tienen nada mejor que hacer que arriesgarse a rodear y capturar a unos militares ingleses, en una zona en la que los anglosajones tienen una gran superioridad militar y se arriesgarían a ser capturados ellos mismos. Pero claro, ya sabemos que la diplomacia occidental se rige por el principio de: nunca admitas un fallo de entrada; luego ya veremos cómo lo arreglamos. En España tenemos mil ejemplos de esto.
  • Lógicamente, los iraníes advierten a los prisioneros de que van a ser juzgados, y que eso podría suponerles la vida. Como militares que son, se limitan a cumplir las normas que cualquier ejército del mundo tiene para tratar a los prisioneros. Sin embargo los ingleses, al ser liberados posteriormente, declararían que les sometieron a presión psicológica, ya que "Nos ataron las manos, nos vendaron los ojos y nos colocaron frente a una pared. Nos sometieron a continua presión psicológica". Por lo visto ahora colocar a alguien frente a una pared o conducirle a su celda con los ojos vendados para que no obtenga información y con las manos atadas para que no escape es realizar presión psicológica. Si cualquiera de los grandes generales del pasado levantase la cabeza...
  • La atención se centra sobre la mujer del grupo, a la que los bárbaros soldados iraníes someten a la terrible e insoportable tortura de hacer que se quite la ropa (excepto la ropa interior) y darle un pijama en lugar de su uniforme. También le dan un velo para la cabeza, puesto que todos sabemos que las costumbres del país así lo exigen. Milagrosamente, la valiente soldado pudo soportar tan espantoso trance, que luego recordará a los medios tras ser liberada, como única muestra de la supuesta "presión psicológica" que he podido leer hasta ahora. Vamos, ni Juana de Arco.
  • Aunque no tendría por qué hacerlo, el presidente Ahmadineyad, ofrece al Reino Unido la entrega de los prisioneros, simplemente a cambio de una disculpa oficial. No hace falta ni siquiera que los ingleses digan que estaban espiando, Blair puede limitarse a decir que fue un error, pero que reconozcan al menos que estaban en sus aguas. Sabia acción, similar a la de los chinos cuando hace un tiempo capturaron un avión espía norteamericano, y tardaron semanas en conseguir una semidisculpa a regañadientes, pero que igualmente fue una victoria diplomática china.
  • Que no, que la actuación iraní es inaceptable y exigimos una liberación inmediata de los rehenes, dicen los ingleses. Llevan incluso el tema a la ONU e intentan conseguir (con éxito en muchos casos) el apoyo internacional. Mientras tanto, el mundo se asombra al ver las imágenes de los prisioneros sonrientes y en buen estado, cuando aún tenemos todos frescas las que cada día nos llegan de Guantánamo, que resultan más propias de un campo de concentración y violan todos los derechos de los prisioneros. Todo esto provoca una acertadísima crítica del ex-Monty Python Terry Jones en The Guardian. La mayor parte de nosotros pensamos sin duda igual que él.
  • Los norteamericanos, en una nueva demostración de su política de pistolero del Far West que lo arregla todo a base de tiros, ofrecen a los ingleses bombardear Irán o enviar un comando de rescate. El gobierno británico, incapaz de llevar a cabo otra política que el "no, no, nosotros tenemos razón y los iraníes tienen que liberarlos por las buenas", rechaza horrorizado la propuesta.
  • Ahmadineyad, en una jugada maestra, y viendo que los norteamericanos se mueren de ganas por usar esta captura como excusa para borrarlo del mapa, anuncia que liberará a los prisioneros como regalo a Gran Bretaña, aunque lamenta que ésta no se haya disculpado. El gobierno británico no sabe hacer otra cosa que alegrarse de la liberación. Sin más.
  • Los valientes soldados llegan a su país y, como era previsible, cambian la versión. Ahora resulta que no, que por supuesto que estábamos en aguas iraquíes. Hombre, por Dios, cómo podría usted dudarlo; si dijimos otra cosa era porque no había más remedio. No, ya...
En fin, ante tanta actitud esperpéntica, lo único que puedo decir es que, en mi humilde opinión:
  • No sé si los británicos estaban en aguas iraníes o no, y seguramente nunca se sabrá, pero si tuviera que apostar algo, yo diría que sí lo estaban, para qué nos vamos a engañar. Lo siento por "Bliar", pero todos los indicios apuntan en su contra.
  • La diplomacia occidental ha demostrado que no tiene recursos, ni dignidad, ni sentido de estado. La antigua altura de miras de los grandes políticos y militares se ha perdido. Churchill se hubiese muerto de vergüenza al ver a su país comportarse de un modo tan bobo.
  • Los norteamericanos tampoco saben hacer nada que no sea tirar bombas, aunque bueno, esto ya lo sabíamos.
  • Los militares de los ejércitos occidentales son, en su mayoría, gente que está ahí porque no tiene otra manera mejor de ganarse un sueldo, pero que tampoco tiene intención de dar su vida por la patria, así que mejor no le pidamos mucho a nuestros ejércitos. Suerte que tienen un armamento superior, porque si no...
Un último comentario: Hace años, uno de los directivos de la empresa de mi padre hizo una reflexión que me llamó la atención y que encontré muy acertada. "En las situaciones locas, el loco es a veces el más cuerdo y los cuerdos parecen locos o tontos", vino a decir. Este caso lo ilustra perfectamente. Nadie parece aquí más sabio y cuerdo que Ahmadineyad, a pesar de esa imagen de loco fanático que siempre nos transmite. En cambio, los dirigentes occidentales nos parecen unos aficionados patosos que no saben hacer la o con un canuto. Quizás es que la mayoría de ellos no son más que unos actores acostumbrados a actuar en el teatro de la vida cotidiana de Occidente, pero que cuando los pones en una situación que se sale del guión, son incapaces de hacer algo con sentido, y en estos casos la filosofía oriental resulta más útil que nuestra educación vacía de ideas y principios.

1 comentario:

Sonia dijo...

Esto lo hacen pelicula en "Jolibood" y se forran, eh?

En fin, pedir perdon es algo que cuesta, las vidas son algoque parece ser que no.

Lo que alguna vez fue llamado "el arte de la guerra" ahora es algo asi como la juerga...

Ya no sabemos ni espiar, que triste...pero eso si, somos occidentales y los locos son los morenos esos que presionan psicologicamente a los soldados capturados.