No esperaba gran cosa de una serie de ficción española, y mucho menos después de ver algunos avances en los que quedaba ya patente la escasa capacidad interpretativa de algunos de sus actores; pero lo de ayer fue demasiado. Estereotipos gastados, mala actuación, moralina del siglo XXI aplicada al XIII, decorados poco satisfactorios y por supuesto mucha tergiversación histórica, aunque eso no sorprende ya. Cuesta saber por dónde empezar a cortar, pero vamos a ello.
El guión: Patético. Típica historieta de reyes medievales con el hijo bueno y el hijo malo, el noble traidor, el caballero leal, el enemigo malvado... ¿quién contrata a los guionistas de esta serie? Será que con la crisis han tenido que poner a algún aficionado a escribir algo a cambio de cuatro duros. Por no hablar del subliminal mensaje de tolerancia entre culturas, propio de la generación de la "alianza de civilizaciones" y que bien poco tiene que ver con la auténtica Edad Media, plagada de fanatismos, supersticiones, intolerancia y violencia.
La actuación: En general, mala, muy mala; si bien hay que decir, en defensa de los actores, que con un guión tan horrible resulta complicado dar vida a unos títeres tan patéticos. Algunos personajes aún resultan pasables, como el rey Alfonso o el judío, pero en general la interpretación es fatal, especialmente la de los personajes femeninos. Por supuesto, en el primer episodio ya hemos visto dos pares de tetas y algún culo, como no podía ser de otra manera en una producción española. Es lo único destacable de las actrices de la serie. Por lo demás, actitudes forzadas, gestos exagerados, tono robótico y descuidado... ¿estos también son becarios o realmente han estudiado interpretación? ¿O los escogieron sólo por si eran más o menos atractivos?
Decorados, efectos, etc: Se dice que es una de las series más caras de la historia de televisión, pero, al igual que ocurrió con la película Alatriste (que pasa por ser la más cara del cine español), uno se pregunta en qué se han gastado el dinero. ¿En serio cuesta tantos euros comprar (o alquilar más bien) algunos trajes medievales y unas cuantas espadas y tapices? Los decorados resultan medio aceptables, y algunas escenas están realzadas por el entorno de alguna antigua mansión o algún plano de las murallas toledanas, pero en general, uno no se siente trasladado a Toledo. Salvo algún plano puntual (demasiado descaradamente retocado por ordenador), nada nos traslada específicamente a Toledo o incluso a España. Las escenas podrían, en su mayoría, pertenecer igualmente a una serie inglesa o francesa, salvo cuando algún decorado morisco nos hace pensar en Al-Andalus. Apenas hay planos generales, pese a lo fácil que hubiera sido encontrar sitios en las llanuras castellanas, o en el propio entorno de la ciudad actual; y cuando los hay, resultan vacíos. Véase por ejemplo el ataque de los moros, en el que apenas vemos unos 15 jinetes. Aparte de carecer de espectacularidad, ¿es verosímil que el jefe del bando moro participase en una vulgar escaramuza? ¿Iba a adentrarse en territorio enemigo con tan exigua escolta? No menos triste es la llegada posterior de tan solo seis jinetes castellanos. Ciertamente, a uno le cuesta entender en qué se han gastado el dinero los productores.
A esto podríamos añadir otros detalles, como la escena en la que el protagonista le corta la cabeza a su amigo: el efecto de la espada al golpear el cuello se esconde a base de filmar una sombra que para nada parece llegar a su objetivo. Es un instante tan cutre como los de las peores películas de serie B. Por no hablar de que la propia espada es inverosímil. Las espadas medievales no eran tan espectaculares. Eran mucho más pequeñas y manejables. Pero dejémoslo.
La dirección: Complementa el patetismo del guión de una manera perfecta. Las carencias son enormes. Por ejemplo, se pierde muchísimo presentando al moro como un simple robot que sólo sabe poner cara de malo, y al que nunca vemos en su palacio. Parece un simple bandido que se presenta por ahí. El "malo" de las películas es un personaje muy importante. Despojarle de su carácter y simplificarlo, hace perder mucho a una historia. Aún más simple es el personaje del noble traidor, totalmente estereotipado y exagerado, e igualmente simplón el del obispo.
Aún más lamentable es el personaje de la bella mora Fátima, que no sólo está mal interpretado, sino que es inverosímil a rabiar. Una joven mora jamás andaría sola por la calle, sin velo, y mucho menos en una ciudad cristiana. Y todavía menos luciendo maquillaje y chuleando al primero que ve.
¿Y las escenas de pelea callejera del infante Fernando y sus dos sirvientes con los palos? Por unos instantes me sentí trasladado a las escenas más cutres de las viejas películas de Errol Flynn. Y de los destapes, para qué hablar. ¿A estas alturas no se sabe llamar la atención de otra manera? ¿Incluso la violación tiene que ser tan tristemente simulada como en los tiempos del cine erótico de nuestos padres (por Dios, levántale la falda, idiota, que si no no la puedes meter)?
También se podría hablar de tergiversación histórica, y entraríamos en el debate de siempre: unos diciendo que es ficción, y que no tiene por qué respetarse al 100% los hechos, y otros que para eso es mejor inventarse una historia aparte. Yo soy de la opinión de que, exceptuando casos como las parodias y el humor, en general uno debe escoger entre inventarse una historia (con personajes totalmente ficticios) o usar personajes históricos; y en este último caso, si bien uno puede permitirse ciertas licencias, hay que tener un mínimo respeto por la realidad, puesto que, lo queramos o no, muchos de los espectadores no conocerán la Historia por otra fuente, y les estamos volcando una imagen falseada de lo que realmente ocurrió. Y esta necesidad es tanto más grande en España, en cuanto que apenas disponemos de películas y series que traten a fondo ciertos periodos de la Historia, como este. Por el momento, tampoco han cometido tantos desmanes, puesto que la trama se centra más bien en personajes ficticios, pero ya veremos.
En general, la serie es francamente vomitiva. Incluso como divertimento resulta inútil, puesto que la mala actuación y la previsibilidad de los hechos le quitan todo el interés. Ni la historia ni los personajes tienen alma. Sólo nos quedan las tetas, y para eso mejor ver otras películas. Una ocasión perdida más, siguiendo la tradición.
Imagen: http://www.vayatele.com
El guión: Patético. Típica historieta de reyes medievales con el hijo bueno y el hijo malo, el noble traidor, el caballero leal, el enemigo malvado... ¿quién contrata a los guionistas de esta serie? Será que con la crisis han tenido que poner a algún aficionado a escribir algo a cambio de cuatro duros. Por no hablar del subliminal mensaje de tolerancia entre culturas, propio de la generación de la "alianza de civilizaciones" y que bien poco tiene que ver con la auténtica Edad Media, plagada de fanatismos, supersticiones, intolerancia y violencia.
La actuación: En general, mala, muy mala; si bien hay que decir, en defensa de los actores, que con un guión tan horrible resulta complicado dar vida a unos títeres tan patéticos. Algunos personajes aún resultan pasables, como el rey Alfonso o el judío, pero en general la interpretación es fatal, especialmente la de los personajes femeninos. Por supuesto, en el primer episodio ya hemos visto dos pares de tetas y algún culo, como no podía ser de otra manera en una producción española. Es lo único destacable de las actrices de la serie. Por lo demás, actitudes forzadas, gestos exagerados, tono robótico y descuidado... ¿estos también son becarios o realmente han estudiado interpretación? ¿O los escogieron sólo por si eran más o menos atractivos?
Decorados, efectos, etc: Se dice que es una de las series más caras de la historia de televisión, pero, al igual que ocurrió con la película Alatriste (que pasa por ser la más cara del cine español), uno se pregunta en qué se han gastado el dinero. ¿En serio cuesta tantos euros comprar (o alquilar más bien) algunos trajes medievales y unas cuantas espadas y tapices? Los decorados resultan medio aceptables, y algunas escenas están realzadas por el entorno de alguna antigua mansión o algún plano de las murallas toledanas, pero en general, uno no se siente trasladado a Toledo. Salvo algún plano puntual (demasiado descaradamente retocado por ordenador), nada nos traslada específicamente a Toledo o incluso a España. Las escenas podrían, en su mayoría, pertenecer igualmente a una serie inglesa o francesa, salvo cuando algún decorado morisco nos hace pensar en Al-Andalus. Apenas hay planos generales, pese a lo fácil que hubiera sido encontrar sitios en las llanuras castellanas, o en el propio entorno de la ciudad actual; y cuando los hay, resultan vacíos. Véase por ejemplo el ataque de los moros, en el que apenas vemos unos 15 jinetes. Aparte de carecer de espectacularidad, ¿es verosímil que el jefe del bando moro participase en una vulgar escaramuza? ¿Iba a adentrarse en territorio enemigo con tan exigua escolta? No menos triste es la llegada posterior de tan solo seis jinetes castellanos. Ciertamente, a uno le cuesta entender en qué se han gastado el dinero los productores.
A esto podríamos añadir otros detalles, como la escena en la que el protagonista le corta la cabeza a su amigo: el efecto de la espada al golpear el cuello se esconde a base de filmar una sombra que para nada parece llegar a su objetivo. Es un instante tan cutre como los de las peores películas de serie B. Por no hablar de que la propia espada es inverosímil. Las espadas medievales no eran tan espectaculares. Eran mucho más pequeñas y manejables. Pero dejémoslo.
La dirección: Complementa el patetismo del guión de una manera perfecta. Las carencias son enormes. Por ejemplo, se pierde muchísimo presentando al moro como un simple robot que sólo sabe poner cara de malo, y al que nunca vemos en su palacio. Parece un simple bandido que se presenta por ahí. El "malo" de las películas es un personaje muy importante. Despojarle de su carácter y simplificarlo, hace perder mucho a una historia. Aún más simple es el personaje del noble traidor, totalmente estereotipado y exagerado, e igualmente simplón el del obispo.
Aún más lamentable es el personaje de la bella mora Fátima, que no sólo está mal interpretado, sino que es inverosímil a rabiar. Una joven mora jamás andaría sola por la calle, sin velo, y mucho menos en una ciudad cristiana. Y todavía menos luciendo maquillaje y chuleando al primero que ve.
¿Y las escenas de pelea callejera del infante Fernando y sus dos sirvientes con los palos? Por unos instantes me sentí trasladado a las escenas más cutres de las viejas películas de Errol Flynn. Y de los destapes, para qué hablar. ¿A estas alturas no se sabe llamar la atención de otra manera? ¿Incluso la violación tiene que ser tan tristemente simulada como en los tiempos del cine erótico de nuestos padres (por Dios, levántale la falda, idiota, que si no no la puedes meter)?
También se podría hablar de tergiversación histórica, y entraríamos en el debate de siempre: unos diciendo que es ficción, y que no tiene por qué respetarse al 100% los hechos, y otros que para eso es mejor inventarse una historia aparte. Yo soy de la opinión de que, exceptuando casos como las parodias y el humor, en general uno debe escoger entre inventarse una historia (con personajes totalmente ficticios) o usar personajes históricos; y en este último caso, si bien uno puede permitirse ciertas licencias, hay que tener un mínimo respeto por la realidad, puesto que, lo queramos o no, muchos de los espectadores no conocerán la Historia por otra fuente, y les estamos volcando una imagen falseada de lo que realmente ocurrió. Y esta necesidad es tanto más grande en España, en cuanto que apenas disponemos de películas y series que traten a fondo ciertos periodos de la Historia, como este. Por el momento, tampoco han cometido tantos desmanes, puesto que la trama se centra más bien en personajes ficticios, pero ya veremos.
En general, la serie es francamente vomitiva. Incluso como divertimento resulta inútil, puesto que la mala actuación y la previsibilidad de los hechos le quitan todo el interés. Ni la historia ni los personajes tienen alma. Sólo nos quedan las tetas, y para eso mejor ver otras películas. Una ocasión perdida más, siguiendo la tradición.
Imagen: http://www.vayatele.com
4 comentarios:
¡Ey! Buenas tardes ya...
Yo todavía no he visto la serie.
La verdad es que últimamente (y no tan últimamente, ejem... ejem...), no veo prácticamente nada que sea "producto español". Y me refiero no solo en el ámbito del cine sino también en el de la música. Luego ocurre, como en este último caso, que cantantes (sobre todo del género pop) deciden incorporar a sus nuevos trabajos canciones en inglés (lo cual puede, no digo que no, responder únicamente a estrategias comerciales). Sin embargo, ¿qué ocurre con los actores que deciden "emigrar" para trabajar en "otro tipo de cine"? ¿Realmente se trata de probar cosas nuevas o que nuestro trabajo es verdaderamente malo?
En cuanto a lo que dices sobre el pésimo guión, yo recuerdo que estando en un curso de interpretación, existía un gran debate entre la disyuntiva de si es malo un guión, los actores que no saben darle vida pero el texto en sí merece la pena o ambos.
Y aunque parezca mentira, en muchos casos no era tan fácil diferenciar unos casos de otros. Aunque obviamente es un tema bastante amplio.
Como veo que me estoy alargando y que no llego a absolutamente nada (¡sorry!), empiezo a terminar.
p.d.: Te leo desde hace tiempo pero no me había decidido a escribirte. En un correo te comentaba algunos aspectos que me habían llamado la atención pero... mmmm... jajajaja, ¡no hay espacio para comentarlo todo!
Un beso, Paloma.
Gracias por tu comentario. La verdad es que no recuerdo ese correo, pero gracias por leerme igualmente; sobre todo porque actualizo poco :P
Aprovecho para añadir algo que me he dejado en el artículo, y es la patética manera que tiene A3 de realizar autobombo. No sólo han estado machacándonos con la serie en los telediarios y en otros programas de la cadena, sino que durante la propia serie salen los actores haciendo publicidad de productos. Un empacho de autofelación y de machaconería verdaderamente lamentable.
¡¡Vaya!! ¿¿Tu correo no era "ojo_electronico@hotmail.com"??
Jajajaja, ¡¡te escribí un verdadero testamento!! ¿¿Y se perdió por el camino?? Jobarrrrrrr, jajajaja. ¡¡Era realmente largo!!
Bueno, ya en serio, te escribí más que nada porque tus comentarios dan para mucho (ya te decía que había empezado a leerme algunos textos sobre tu otro blog).
¿Ves? Ya me estoy enrollando y esto..., mmm, ¡no creo que sea un chat!
p.d.: De Paloma
Si, ese es mi correo. Lo puedes seguir usando si quieres, lamento no acordarme de tus comentarios, pero imagino que hace ya mucho tiempo. A ver si tengo tiempo de actualizar más esto, y así puedes comentar directamente aquí. Un saludo.
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