jueves, 15 de octubre de 2015

Ada Colau no tiene razón: no fue un genocidio

No soy nacionalista. Nunca he sido de banderitas y odas a la patria, más allá de la curiosidad de quien se interesa por la Historia. Nunca celebro ni el 12 de Octubre ni el 11 de Septiembre. No me va, qué le vamos a hacer. 

Por todo esto, cuando el pasado 12 de Octubre saltaron los típicos lemas como el "nada que celebrar", pasé de ellos igual que paso de los fachillas como el diario ABC, que publicó una lamentable portada en la que la palabra "España" se repetía hasta la saciedad, rodeada de los colores amarillo y rojo del desfile militar. Paso. Ni me va el patrioterismo trasnochado, ni tampoco la autoflagelación de quienes se las quieren dar de modernos y cosmopolitas lamentándose de algo que pasó hace más de 500 años. Aún así, tanto postureo de unos y otros, me llegó a molestar un poco por la falta de visión y de conocimientos históricos que muestran.

La guinda la pusieron, desgraciadamente, mi alcaldesa, Ada Colau, con un desafortunado tuit en el que calificaba de genocidio la llegada a América, o el alcalde de Cádiz, diciendo que nunca la descubrimos. Tócate los cojones.

Aún así, todo entraba dentro de lo previsible, en estos tiempos de postureo que vivimos, y que envenenan incluso a personas loables y respetables. La gota que ha colmado el vaso ha sido un artículo del catedrático Vicenç Navarro, diciendo un montón de tonterías impropias de alguien que ostenta tan alto título en la Universidad, aunque sea en Ciencias Políticas y no en Historia. Este artículo pretende ser una respuesta al suyo.

Pero vamos por partes.

No fue un genocidio

El descubrimiento de América llevó inevitablemente a la conquista. La Humanidad es así, y más en el siglo XVI. Si dos civilizaciones se encuentran, es muy probable que haya guerra, y si una de las dos está más avanzada que la otra, la acabará dominando y sojuzgando. Fue así con los españoles, y hubiera sido así si Colón hubiera llegado al acuerdo previo con los portugueses, o si lo hubiera hecho con franceses o ingleses. También hubiera sido así si por un casual los aztecas hubieran estado más desarrollados militarmente que los europeos: Europa habría sido conquistada y sus habitantes convertidos en esclavos de los aztecas, y quizás hoy en lugar de tantas iglesias tendríamos algunas pirámides escalonadas. De hecho los aztecas ya ejercían su poder sobre otras naciones vecinas, como los Txacaltecas, que se aliaron con Cortés precisamente para librarse de ellos. 

El caso es que fueron los europeos quienes se dieron cuenta de su superioridad militar, y la aprovecharon, como la habría aprovechado cualquier otra civilización. Españoles y portugueses, que tenían la ventaja de haber navegado los primeros por aquellas aguas, se lanzaron a la conquista, con pocos efectivos (España era un país algo despoblado, y bastante tenía con sostener las guerras en Europa), pero considerable éxito.

Sin duda esta conquista no fue algo pacífico ni humanitario. Los españoles no tuvieron piedad alguna y masacraron a los indígenas siempre que les pareció necesario. Mataron, quemaron, violaron y destruyeron, pero sobre todo robaron, sin miramientos y sin remordimientos (salvo algunos hombres destacados como Bartolomé de las Casas). Como hacía cualquier ejército entonces, desde los mongoles en Asia hasta los turcos en los Balcanes, pasando por los ejércitos europeos en la propia Europa (¿O no fue entonces también cuando los españoles saquearon Roma? ¿O acaso Alemania no quedó medio despoblada con la Guerra de los 30 años?). Ahora bien, no se realizó un genocidio, básicamente por dos razones.

La primera es que a los españoles y portugueses, lo último que les interesaba era eliminar a la población local. Ambicionaban el oro y la plata, así como los beneficios de la agricultura, y para eso necesitaban miles de indios trabajando tanto en las minas como en las plantaciones (aparte de como sirvientes y como mercenarios de sus escasas fuerzas). Reducir la población local era una estupidez, y en ningún momento se pretendió. Eso sí, mataron a todos aquellos que se resisitían a su poder, pero nunca a la población en su conjunto, como si se tratase de eliminar la raza india para suplantarla con la europea.

La segunda es que no disponían de fuerzas para hacer algo así. Sólo los imperios inca y azteca (sin contar otras naciones) ya sumaban más de 30 millones de personas. Las fuerzas españolas en su totalidad, jamás superaron unos pocos miles durante el siglo XVI. ¿Cómo hubieran podido llevar a cabo tal empresa? Ni queriendo (que no querían) hubieran podido hacerlo.

Aún así, sí hubo un considerable descenso de la población local, sobre todo en Brasil y en las primeras islas del Caribe dominadas por los españoles. Pero la razón no fue la guerra, sino las epidemias. El contacto de las dos civilizaciones trajo algunas enfermedades de América a Europa (como se cree que ocurrió con la sífilis, por ejemplo) y también otras de Europa a América, como la viruela. Los indios, sin defensas ante estas nuevas enfermedades, sufrieron epidemias que diezmaron a la población. Pero esto no fue ninguna alegría para españoles y portugueses. Al contrario: les obligó a traer esclavos de África para sustituir a los indios, aprovechando además que los consideraban más aptos para los trabajos duros. Es por esto precisamente que Brasil, por ejemplo, tiene una buena parte de su población de origen africano.

Por tanto, sí, hubo una gran mortandad de indios, pero sólo una mínima parte se debió a la guerra. El resto, murieron de enfermedad, y muy a pesar de los europeos, para quienes esto fue un contratiempo.

Prueba de que no hubo genocidio es que hoy en día, si uno visita Hispanoamérica, encuentra una grandísima parte de la población con rasgos indígenas. Claro que hay habitantes que parecen "europeos 100%", pero son los menos. Salvo en países de inmigración más reciente, como Argentina, casi todo el mundo tiene algún antepasado indio. Si hubiera habido genocidio, tal cosa no hubiera sido posible.

Otros países como EEUU sí arrinconaron a la población local en "reservas" discriminándolos racialmente, y prueba de la efectividad del genocidio (este sí) norteamericano es que actualmente es relativamente difícil encontrarse a ciudadanos de ese país de origen indio. Sin embargo, no veo que se autoflagelen cuando celebran el 4 de Julio, ni que nadie les eche en cara nada. Y es que los actos de los españoles, aunque terribles, pertenecen a épocas antiguas como el siglo XVI, donde eran relativamente habituales, mientras que los norteamericanos han venido masacrando indios hasta ya casi el siglo XX. Esto por no hablar del exterminio sistemático llevado a cabo en las colonias ya independizadas de España, como ocurrió por ejemplo en Argentina; un tema sobre el que veo a poca gente indignándose. Si tienen curiosidad, busquen datos sobre la Campaña del Desierto, llevada a cabo por Julio Roca.

Gente respetable que pierde el Norte

Respeto y admiro a Ada Colau. Creo que tenemos una enorme suerte en Barcelona de tener una alcaldesa como ella. Estoy de acuerdo con más del 90% de sus propuestas y declaraciones. Desgraciadamente, ésta entra en el 10% restante, y la considero un patinazo que se podía haber ahorrado. No, Ada, no fue un genocidio, no caigas en el postureo. Infórmate sobre el tema, reflexiona, y tú misma verás que no era la palabra adecuada. Puedes afirmar, como Kichi, que se masacró y sometió un contiente en nombre de Dios, y será cierto. Pero lo de "genocidio" sobraba. 

Por cierto, Kichi, es cierto que se masacró y sometió, pero no vengas con que no descubrimos América. Una cosa no quita la otra. El encuentro de las civilizaciones de Europa-Asia-África con las de América era algo pendiente, que alguien debía lograr tarde o temprano, y fue España la que llevó a cabo la empresa. Lo que viniera después ya es otra cosa, pero fue Colón, con barcos españoles, quien hizo el viaje, no un francés o un inglés, ni tampoco fue un azteca quien llegase a Lisboa, por ejemplo. Justo es criticar lo que se hizo mal, pero también reconocer los méritos. Al César lo que es del César.

En cuanto al señor Navarro, decirle que busque mejores fuentes que el tal Chris Harman, porque resulta realmente chocante que una isla como La Española, en la que ni mucho menos había civilizaciones tan avanzadas como aztecas o mayas, tuviera un millón de habitantes ya con la llegada de Colón (finales del siglo XV), cuando por aquella misma época, el total de población de España rondaba los 5,5 millones. Por ejemplo, la fuente que cita Wikipedia (US News and World Report) estima 250.000, algo bastante más razonable. E incluso si hubieran sido un millón, es bastante torticero atribuir a los soldados españoles la reducción a unos pocos miles en unos pocos años, cuando es bien sabido que fue la enfermedad quien provocó tal descenso. Las tropas españolas no eran tan numerosas como para hacer algo así ni queriendo; y tampoco querían, porque no les convenía, como he comentado antes.

Pero no contento con eso, ni con usar alegremente la palabra genocidio, el señor Navarro se permite recordarnos que el día de la Hispanidad fue llamado anteriormente el día de la Raza, que se inició en 1918 y afirma que esto se debe a que pretendía celebrar la superioridad de la raza española sobre las indígenas. Basta una sencilla búsqueda en Internet para saber que se trataba de una propuesta anterior, de 1913 (un siglo después de la independencia de casi toda América), cuyo único interés era recordar el descubrimiento y potenciar el hermanamiento entre España y los países surgidos de las antiguas colonias. De hecho, el nombre "día de la raza", no gustó a algunos y por eso se cambió, pero en Hispanoamérica se sigue llamando así, por lo que difícilmente se puede interpretar como una ofensa.

Señor Navarro, que Ada Colau patine, tiene un pase, pero que unos días más tarde, con tiempo suficiente para reflexionar, salga un catedrático como usted diciendo tonterías, ya es menos justificable. Los soldados españoles hicieron cosas terribles durante la conquista; Pizarro y los suyos, por ejemplo, se portaron poco menos que como una banda de forajidos; pero nunca hubo genocidio ni intención de cometerlo. Al contrario, España promulgó leyes para proteger a los indios y prohibir la esclavitud; y si bien es cierto que en la práctica muchas de esas leyes fueron desoídas por los gobernantes locales, al menos se tuvo la iniciativa de publicarlas, cosa que otros imperios coloniales tardaron muchos años en hacer, sin que hoy en día nadie se rasgue las vestiduras por ello. Así que no se las rasgue usted tampoco por algo que nunca sucedió.

martes, 17 de febrero de 2015

Otra vez ellos

Hace unos 2.500 años, hacia el 491 a.C., ocurrió en Grecia un hecho notable. Unos mensajeros del rey Jerjes, soberano de los persas y dueño de un enorme imperio con recursos humanos y materiales casi inimaginables, se presentaron ante las principales ciudades griegas y les pidieron "tierra y agua". Tal petición simbolizaba, en realidad, el sometimiento de la ciudad a la autoridad del rey. La idea de Jerjes era que el temor de los griegos ante su poder, les haría aceptar una vergonzosa esclavitud antes que arriesgarse al exterminio total.

Efectivamente, la mayoría de las ciudades, entre ellas la antigua y renombrada Tebas, aceptaron la oferta. Pero las dos más poderosas, Atenas y Esparta, la rechazaron. Más aún, como muestra de desprecio ante el rey, los atenienses ejecutaron a los mensajeros, y los espartanos los arrojaron a un pozo, diciendo : "ahí tenéis el agua y la tierra que pedís".

Naturalmente, a los pocos años, Jerjes reunió un gran ejército y marchó sobre Grecia, aunque, como todos sabemos, fue finalmente derrotado. Pero esta derrota fue algo inesperado. Unos días antes de Salamina, a nadie se le hubiera ocurrido pensar que la actitud de los griegos fuese sensata, sino más bien una bravuconada estúpida, propia de gente sin sentido común.

Lo cierto es que, sensata o no, la decisión de los espartanos y los atenienses salvó a la civilización occidental. Gracias a su coraje, los logros de la civilización griega, entre ellos la democracia, perduraron. Y no sólo eso: quién sabe si una vez dominada Grecia, Jerjes se hubiera animado a caer sobre Italia, y con ella la pujante, aunque todavía no muy poderosa república romana. De este modo, dos de los avances políticos y sociales más notables de la Antigüedad, la democracia ateniense y la república de los romanos, hubieran dejado de existir. Se demostró entonces que hay cosas por las que merece la pena arriesgarse a grandes penalidades, y que no basta con disfrutar de la libertad, sino que a veces hay que tener el valor de pelear por ella, incluso a riesgo de afrontar un suicidio casi seguro, como ocurrió a los espartanos que partieron hacia las Termópilas. Si atenienses y espartanos hubieran sido "sensatos", según el criterio dominante, la Humanidad misma hubiera visto su progreso retrasado en varios siglos.

Hoy, dos griegos llamados Tsipras y Varoufakis emulan a Temístocles y Leónidas enfrentándose a un enemigo mucho más poderoso, y aceptando un destino muy probablemente terrible. Muchos los llaman insensatos, y la prensa alemana se burla de ellos diciendo que están locos y mofándose de su "desfachatez" por el aire desenfadado (sin corbata, alegre e informal) del que hacen gala. El ministro Schäuble, con su aspecto de burócrata alemán rígido e inalterable, parece no acabar de creerse que esos dos tipos que parecen salidos de un local de copas le estén plantando cara. A él, al Bundesminister der Finanzen. Probablemente la misma sorpresa que tuvieron los generales persas seguidos de decenas de miles de hombres al enterarse de que 300 espartanos iban a plantarles cara en medio del camino. Ahí, con todo el morro.

Lo cierto es que, al igual que hace 2.500 años, la actitud de los griegos es ciertamente temeraria. Negarse a aceptar la financiación de la UE es prácticamente condenar a Grecia a la autarquía, una situación nada agradable. Ahora bien, la alternativa que propone la UE es inaceptable, y no simplemente por razones económicas, sino por una cuestión de principios, de política, de dignidad. Lo que hay en juego en Grecia no es sólo el futuro de los griegos, sino, al igual que en tiempos de Temístocles, la democracia misma y, en definitiva, la libertad. Ya no es una cuestión de cifras, de si me prestas al 2% en lugar de al 3% o si me das dos años de plazo en lugar de uno. 

De lo que se trata es de que el sistema financiero internacional se ha convertido en el mayor enemigo de la Humanidad, mucho más que el islamismo radical, del que tanto se habla. Una amenaza para Europa comparable a la que entonces era el Imperio Persa. Se ha convertido en una mafia que poco a poco va esclavizando los países para entregarlos a ciertos intereses privados, como si en la Edad Media feudal nos encontrásemos. La situación se ha agravado tanto en estos años que incluso países como Japón (el país más endeudado del mundo, con casi un 250% de deuda sobre su PIB) están al borde del abismo. Grecia es el que ahora está siendo apuntado por los focos, pero en el fondo no es sino el primero de una larga lista. Si Grecia se arrodilla, vendrán otros detrás, y el mundo entero acabará arrodillado. Es por eso que, al igual que en Salamina o Platea no sólo se decidió el futuro de los griegos, sino quién sabe si también el de los romanos, también ahora Grecia decidirá, con su actitud, si su ejemplo servirá a otras naciones para plantar cara a la mafia, o si su sumisión desanimará a los pocos que piensen en hacerlo.

De momento Varoufakis ha partido hacia las Termópilas y Tsipras sigue planeando las posibilidades de salir adelante, cual Temístocles organizando la flota. Quizás tengan la misma suerte o quizás no, pero mientras, uno puede leer en los medios y en las redes sociales los mismos comentarios de los asustadizos ciudadanos que seguramente se pudieron escuchar hace 2.500 años en las calles de Tebas o Tesalia, cuando muchos seguramente preferían que Jerjes impusiera su ley, con tal de no pasar la vergüenza de no haber tenido el valor de hacer lo que sabían que era correcto, y que otros estaban haciendo por ellos.

martes, 1 de julio de 2014

La magia del 1.0

Mucho se ha hablado sobre Internet y los beneficios o perjuicios que ha provocado en la sociedad. Sin embargo, poco se ha dicho sobre la liberación que supuso para el subconsciente de toda una generación.

Antes de Internet, las maneras que un individuo tenía de expresarse eran muy limitadas. Se trataba de comunicaciones uno a uno (llamar a alguien por teléfono, escribirle una carta). Salvo los periodistas y escritores, poca gente tenía la posibilidad de difundir sus opiniones, e incluso éstos debían hacerlo bajo el riesgo de ser criticados por ello. De ahí que antiguamente se estilase bastante publicar libros bajo un pseudónimo.

Internet cambió todo eso. No solamente ahora cualquiera podía opinar y contar cosas, sino que podía hacerlo bajo un pseudónimo (ahora "nick") que ocultaba su identidad. Esto liberó el subconsciente de mucha gente de una manera brutal. Un hombre podía publicar poesías bonitas sin temor a que le tachasen de blando; una mujer podía decir cosas desvergonzadas sin ser al día siguiente la comidilla del barrio; una persona respetable podía despotricar sobre cualquier cosa, contar chistes verdes, o racistas o burlarse de otras personas supuestamente respetables, sin temor.

¿Nos damos cuenta de la liberación psicológica que eso suponía? A su lado, la nueva red 2.0 en la que incluso facebook nos obliga a usar nuestro nombre real, resulta extraña. Nos sentimos desnudos y espiados; de ahí tanta preocupación por la privacidad.

La red supuso toda una liberación de energías. Pensemos en la ingente cantidad de población sin aparentes aspiraciones artísticas que ahora publican artículos en un blog o fotografías en su página de pintertest. Nunca en ningún otro momento de la historia hubo tanta creatividad. Naturalmente, impera la mediocridad y abundan los diletantes, pero qué importa eso si al final la población en su conjunto consigue asimilar las artes con mucha más intensidad que en ningún otro siglo. Porque leer libros ayuda, pero intentar escribirlos, ayuda más.

Desgraciadamente, la cada vez menos oculta identidad del autor hace que afloren los miedos. Ya no hay esa despreocupada espontaneidad de hace 10 años, y el autor, temeroso de que se le localice e incluso, quien sabe, haste se le denuncie, vuelve a caer en la censura, en lo políticamente correcto, y pierde así una gran parte de su riqueza, que sólo el subconsciente liberado puede dar.

miércoles, 28 de mayo de 2014

Carta abierta a EB, PIRATA, Partido X

Desde hace muchos años que no voto a ningún partido mayoritario. Prefiero tener la conciencia tranquila por haber votado a quien defiende mis posturas políticas, aunque sepa que casi seguro que no obtendrá representación, a votar a los partidos del establishment sólo por aquello del voto útil, que, al final, es el más inútil de los votos.

Ahora bien, precisamente a estos partidos se les debe pedir más autocrítica y más realismo que a los demás, puesto que tienen que ganarse nuestra confianza. Los que ya tienen representación, sabemos que son capaces de estar ahí; con los pequeños aún no lo sabemos, y han de convencernos.

Es por eso que me gustaría decirles a cada uno de estos tres partidos mi impresión de su situación actual. A cada uno de ellos lo he votado en alguna ocasión, y naturalmente me interesé por su planteamiento antes de darles mi voto, así que considero que mi opinión puede ser de alguna utilidad.

Escons en Blanc/Ciudadanos en Blanco

Hace ya años colaboré con ellos incluso dejando que me incluyeran en su lista en unas elecciones generales. Me gustó (y me sigue gustando) la idea de que el voto en blanco pueda tener una representación real. Sin embargo, nunca han obtenido representación, excepto, creo recordar, en unas municipales en las que consiguieron dejar en blanco algún puesto de concejal.

Creo sinceramente que esta opción ha perdido parcialmente su sentido. Nació en un momento en el que para la mayor parte de la ciudadanía no existían partidos más allá de los conocidos, todos ellos con un estilo anticuado y mayoritariamente salpicados por la corrupción. Pero la aparición fulgurante de otras iniciativas como PIRATA, PartidoX y muy especialmente Podemos, con su espectacular entrada en el Parlamento Europeo, hace más discutible que un ciudadano pueda decantarse de manera responsable por dejar el escaño en blanco, habiendo opciones reales a las que votar que resultarían más útiles para cambiar el sistema; partidos más democráticos y abiertos que los de hace 10 años.

Probablemente no esté mal que EB siga existiendo, pero creo que cada vez tiene menos sentido.

PIRATA

También llegué a colaborar con los piratas en su momento. Me pareció una opción interesante porque la libertad de expresión en Internet, de la que nuestra libertad depende en gran medida, se veía cada vez más amenazada.

Sin embargo, este movimiento político, que comenzó con bastante fuerza en Suecia, nunca cuajó en España. El partido pirata español nunca llegó a despegar por culpa de discusiones interminables entre sus partidarios, y acabó perdiendo fuelle. Nacieron entonces algunas iniciativas regionales, como Pirata.cat, que al principio pareció recuperar la ilusión inicial, pero nuevamente han acabado cayendo en el olvido.

Por otro lado, incluso a nivel europeo, el movimiento ha perdido fuerza. En Suecia, donde nació, no han conseguido representación para Europa (anteriormente sí la tenían). En Alemania, país donde desde hace unos años parece que tiene más fuerza, sólo ha sacado un eurodiputado por los pelos. En España han obtenido un pobre resultado de tan solo 38.422 votos. Lejísimos de los casi 300.000 que hacían falta para tener representación.

Personalmente, creo que deberían replanteárselo. Lo que nació como un movimiento dinámico y novedoso, parece estar anquilosado. Por ejemplo, la página web de pirata.cat aún no tiene ninguna nota publicada comentando los resultados de las europeas (o si lo tiene está muy bien escondido).

Por otro lado, su propio nombre en su día fue muy criticado y es cierto que sigue siendo un handicap importante. Para mí ya está bien, pero no podemos negar que para una buena parte de la ciudadanía, es un estilo demasiado friki. Así es muy difícil avanzar.

Por último, la gran aportación de PIRATA, que era la democracia directa, ya está contemplada en otras alternativas políticas surgidas recientemente, y que no tienen esa aureola de frikismo que acompaña a esta formación.

Partido X

Tengo que decir que esta iniciativa me sorprendió por su seriedad y coherencia. También me gustó de qué manera aceptan la diversidad de opiniones, sin alinearse ni a izquierda ni a derecha, sino afirmando que todo el mundo tiene algo que aportar. Además, en sus filas hay algunas personas que actuaron realmente contra la corrupción, especialmente su cabeza de lista, Hervé Falciani. Por todas estas cosas les di mi voto en estas últimas europeas.

Ahora bien, viendo las cosas en retrospectiva, hay que aceptar varios detalles:

  • El planteamiento, aunque filosóficamente impecable, quizás es demasiado etéreo para la mayoría de la población. La gente quiere que te posiciones, al menos en algunas cosas, eso de apostar por la diversidad es difícil de asimilar. El propio nombre de Partido X resulta inquietante y extraño. He leído a una representante diciendo que no le gustaba mucho la opción de Podemos porque estaba demasiado escorada a la izquierda y que ellos querían recoger todas las sensibilidades. Tiene razón, pero al mismo tiempo se trata de una apuesta que a la gente le va a costar más asumir.
  • El éxito de Pablo Iglesias demuestra que la gente necesita caras reconocibles. De hecho, el propio Partido X ha obtenido unos resultados nada despreciables (más de 100.000 votos) en buena medida gracias a la figura de Falciani. Pero al encontrarse éste, en cierto modo "en busca y captura", no es tan fácil que aparezca en los medios, con lo que Partido X pasa a ser una más de las muchas formaciones políticas desconocidas.
  • Opciones como la democracia directa ya están parcialmente recogidas por otros partidos, y no resultan tan novedosas. El propio partido de Pablo Iglesias, aunque tiene un programa concreto, propone consultar a los ciudadanos las cuestiones más importantes. Por tanto, otras formaciones como Partido X ya no resultan tan interesantes. Este equilibrio entre lo que ya está prefijado por el programa y lo que más tarde se le preguntará a la gente, creo que es más asimilable que una postura ambigua, sobre todo en una sociedad como la española, con escasa educación democrática y poco acostumbrada a decidir por ella misma.

Ojalá Partido X crezca y llegue a plantearse como una alternativa más equilibrada a la quizás demasiado izquierdosa Podemos, pero creo que eso sería más bien a medio plazo. En el momento histórico actual quizás es una opción demasiado avanzada a su tiempo.



Espero que todas estas formaciones sepan tomar las decisiones adecuadas para su futuro, de la manera más productiva posible para la sociedad.

sábado, 12 de abril de 2014

El Jefe, versión española

Suelo ver el programa norteamericano El Jefe, en el que directivos de empresas importantes bajan a pie de pista a ponerse en el lugar de sus trabajadores; creo que, pese a la evidente hipocresía y al excesivo paternalismo que los americanos ponen en las escenas finales, es interesante. Por eso, cuando en la Sexta comenzaron a hacer la versión española, no pude perdérmelo, aunque no tenía ninguna confianza de que pudiera repetirse el formato americano, por la enorme distancia de la cultura empresarial a cada lado del Atlántico. Y así fue.

Ya la semana pasada el jefe de Domino's pizza dio una pésima imagen, sin ser capaz de meterse en su papel, y actuando siempre con una prepotencia y una chulería que nada tienen que ver con el espíritu del programa. Menos mal que luego el empresario malagueño de la planta de reciclaje dio mejor resultado, al tratarse de un hombre que había empezado a trabajar de muy joven, en una situación muy humilde. Pero esta semana el jefe de Wogaboo ha vuelto a ofrecer un espectáculo lamentable, y una actitud patética, que provocaron reacciones muy negativas en twitter, como muy bien analiza Isidro Migallón.

Es muy triste comprobar las enormes diferencias que separan este programa de la versión original americana. Allá los jefes realmente se meten en su papel, intentan ver las cosas desde el punto de vista del empleado y aceptan con humildad, en la mayoría de los casos, los fallos de su propia dirección. Aquí, en cambio, ni este tipo ni el de Domino's actuaron en ningún momento como empleados ni se dejaron llevar. En todo momento eran ellos, ejerciendo de jefes, criticando todo, poniendo en duda el criterio del encargado, y dando por saco con manías impropias de alguien que se supone que opta a un puesto.

Una de las diferencias más llamativas es que en la versión americana, cuando vuelve de la aventura, el jefe suele reunirse con la junta directiva para exponer ciertos fallos de dirección a corregir, para el bien de la empresa y para facilitar la vida a los trabajadores, se entona el mea culpa, y se acepta que hay que cambiar las cosas (al menos delante de las cámaras, luego ya sabemos que no es tan fácil, pero como mínimo se hace el amago). Aquí, en cambio, esa escena no existe. El jefe en ningún momento acepta ningún error, no hace la más mínima autocrítica. Él siempre tiene razón y son los vagos de los empleados y los inútiles de los encargados, los que no se enteran de nada o no han sabido entender sus sabias directrices. La típica prepotencia del jefecillo que sólo sabe mirar su ombligo.

En el caso concreto de Wogaboo, se nota a la legua que este tipo nunca ha dado un palo al agua. Es que incluso es tan típico pijo que llegué a pensar que estaba actuando, porque lo tiene todo: aspecto de pijo, con esa melena ondulada, se llama Borja, es de Madrid, juega al golf, y tiene un padre rico que les ha puesto a él y a su hermano un negocio, porque claramente no valen para trabaja. ¿O qué otra cosa podemos pensar de un tipo al que todos los encargados echan o están a punto de echar? ¿Qué podemos pensar de un tipo que no es que no sepa llevar una bandeja (yo tampoco sabría), sino que no sabe tratar a los clientes, no curra, bebe en el trabajo y vacila a sus jefes? Este tipo de gentuza no sirve para nada, pero eso sí, en las escenas finales, cuando los empleados van a la oficina, se pone muy circunspecto, a jugar con su fluorescente y a presumir de que la empresa la creó él. Me gustaría verle montar algo sin la ayuda de "papá", a ver dónde llegaba.

Por lo menos al de Domino's, pese a ser el típico ejecutivo agresivo cabronazo, se le veía inteligente y trabajador. Pero el pijillo este sólo provoca desprecio y risa.