sábado, 12 de abril de 2014

El Jefe, versión española

Suelo ver el programa norteamericano El Jefe, en el que directivos de empresas importantes bajan a pie de pista a ponerse en el lugar de sus trabajadores; creo que, pese a la evidente hipocresía y al excesivo paternalismo que los americanos ponen en las escenas finales, es interesante. Por eso, cuando en la Sexta comenzaron a hacer la versión española, no pude perdérmelo, aunque no tenía ninguna confianza de que pudiera repetirse el formato americano, por la enorme distancia de la cultura empresarial a cada lado del Atlántico. Y así fue.

Ya la semana pasada el jefe de Domino's pizza dio una pésima imagen, sin ser capaz de meterse en su papel, y actuando siempre con una prepotencia y una chulería que nada tienen que ver con el espíritu del programa. Menos mal que luego el empresario malagueño de la planta de reciclaje dio mejor resultado, al tratarse de un hombre que había empezado a trabajar de muy joven, en una situación muy humilde. Pero esta semana el jefe de Wogaboo ha vuelto a ofrecer un espectáculo lamentable, y una actitud patética, que provocaron reacciones muy negativas en twitter, como muy bien analiza Isidro Migallón.

Es muy triste comprobar las enormes diferencias que separan este programa de la versión original americana. Allá los jefes realmente se meten en su papel, intentan ver las cosas desde el punto de vista del empleado y aceptan con humildad, en la mayoría de los casos, los fallos de su propia dirección. Aquí, en cambio, ni este tipo ni el de Domino's actuaron en ningún momento como empleados ni se dejaron llevar. En todo momento eran ellos, ejerciendo de jefes, criticando todo, poniendo en duda el criterio del encargado, y dando por saco con manías impropias de alguien que se supone que opta a un puesto.

Una de las diferencias más llamativas es que en la versión americana, cuando vuelve de la aventura, el jefe suele reunirse con la junta directiva para exponer ciertos fallos de dirección a corregir, para el bien de la empresa y para facilitar la vida a los trabajadores, se entona el mea culpa, y se acepta que hay que cambiar las cosas (al menos delante de las cámaras, luego ya sabemos que no es tan fácil, pero como mínimo se hace el amago). Aquí, en cambio, esa escena no existe. El jefe en ningún momento acepta ningún error, no hace la más mínima autocrítica. Él siempre tiene razón y son los vagos de los empleados y los inútiles de los encargados, los que no se enteran de nada o no han sabido entender sus sabias directrices. La típica prepotencia del jefecillo que sólo sabe mirar su ombligo.

En el caso concreto de Wogaboo, se nota a la legua que este tipo nunca ha dado un palo al agua. Es que incluso es tan típico pijo que llegué a pensar que estaba actuando, porque lo tiene todo: aspecto de pijo, con esa melena ondulada, se llama Borja, es de Madrid, juega al golf, y tiene un padre rico que les ha puesto a él y a su hermano un negocio, porque claramente no valen para trabaja. ¿O qué otra cosa podemos pensar de un tipo al que todos los encargados echan o están a punto de echar? ¿Qué podemos pensar de un tipo que no es que no sepa llevar una bandeja (yo tampoco sabría), sino que no sabe tratar a los clientes, no curra, bebe en el trabajo y vacila a sus jefes? Este tipo de gentuza no sirve para nada, pero eso sí, en las escenas finales, cuando los empleados van a la oficina, se pone muy circunspecto, a jugar con su fluorescente y a presumir de que la empresa la creó él. Me gustaría verle montar algo sin la ayuda de "papá", a ver dónde llegaba.

Por lo menos al de Domino's, pese a ser el típico ejecutivo agresivo cabronazo, se le veía inteligente y trabajador. Pero el pijillo este sólo provoca desprecio y risa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,

Utilizas, creo, la palabra genocidio de una manera altamente ideologizada, y conveniente para tu argumento. Seún la RAE, genocidio es el "exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza , etnia , religión , política o nacionalidad." Solo en lo que es Brasil a día de hoy, muriero mas de 10.000.000 de seres humanos, nativos (latino)Americanos y Africanos. En el resto de América, sur, centro y norte, murieron más. Tu mismo lo dices.

Entonces, ¿por qué dar tanta importancia al léxico? ¿Acaso una u otra palabra lo hace menos repugnante, y por lo tanto no merecedor de ser celebrado, desde el punto de vista de todo tipo de valores, cristianos, comunistas, humanistas, ilustrados, etc? Además, y según tu razonamiento, hay millones de judíos en el mundo, por lo tanto ¿el holocausto judío no fué un genocidio?

La definición de genocidio en inglés, según el Oxford Dictionary of English, es casuálmente más aseptica al respecto, menos ideologizada, que la de la RAE: "The deliberate killing of a large group of people, especially those of a particular nation or ethnic group." En cualquier caso, el genocidio español en América Latina casa con ambas definiciones. Con la inglesa, porque fué efectivamente el asesinato deliberado de varios grupos grandes de gente (por lo tanto, genocidios, más que genocidio), y con la española (y de nuevo la inglesa), porque aunque el motivo fuese expoliar sus bienes, amen de conquistar el terreno y las materias primas, se utilizó de manera SISTEMATICA la etnia (y esa categoría inventada que es la raza, cuando adscrita al ser humano) como excusa para someterlos, esclavizarlos, torturarlos, violarlos y asesinarlos, y así lograr el fin último, el enriquecimiento de la corona y la iglesia.

El hecho de que tu sublimes el genocidio a la naturaleza humana deja bien claro tus tendencias ideológicas (totalitarias, sean de izquierdas o de derechas, sospecho que lo segundo, con tintes "neoliberales"). ¿Sabes por qué? Porque también está en la naturaleza humana hacer lo contrario. De lo que tu hablas, amigo mío, es de la "naturaleza" de los mercados, que es sanguinaria, repugnante, y genocida. Un saludo.

P.S. Negar que fué un genocidio, demostrando como demuestras ciertos conocimientos, debería hacerte reflexionar y replantearte tus tendencias "apolíticas". Lo politico es un mal/bien necesario e irrenunciable, por suerte y por desgracia. Tu anti-ideología es representativo del daño que la basura neoliberal-postmoderna está causando en el mundo. En serio, abraza valores socialistas, comunistas, cristianos, humanistas conservadores, ilustrados, o lo que sea, pero abraza algo, porque ahora mismo tienes la cabeza tan metida dentro de tu propio culo que solo ves y hueles tu propia mierda. Eúcate, y sobre todo, sé humano, y no un simple consumidor.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Obviamente, mi comentario anterior se refería a lo de Ada Colau y el 12 de octubre.