Como estos últimos días he pasado muchas horas en casa, me he dedicado a ver algunas películas clásicas, así que hoy os explico lo que me han parecido tres de ellas, por si a alguien le sirve de guía para verlas (o para no verlas). El cine no es precisamente mi pasión, pero hay detalles que creo que no se le escapan a nadie, aunque no sea un gran aficionado.
Comenzaré por Beau Geste, de 1939 (en blanco y negro, por supuesto), protagonizada por Gary Cooper y basada en un famoso libro del mismo título. Película de aventuras con una trama bastante interesante, y creo que muy bien dirigida. Hay detalles que no me gustan mucho, como el carácter demasiado exagerado y caricaturesco que se les da a los personajes despreciables, como el joven heredero (Gussie) o el ladrón ruso Rasinoff, pero lo compensan otros detalles como la excelente interpretación de Brian Donlevy dando vida al sargento Markoff (cuya nacionalidad rusa se debe a cuestiones políticas del año en que fue filmada la película, ya que en la obra original, el sargento es francés). Lógicamente, la película rebosa de escenas donde se exhalta la amistad, la camaradería, el honor, etc., pero curiosamente los combates con los tuaregs no centran la acción, sino que todo se mueve alrededor del tema del robo de la joya, y más tarde alrededor del intento de motín. Esto es algo muy positivo, porque deja de ser una simple película de guerra o de aventuras para capturar al espectador con la intriga de qué pasará a continuación. Incluso la historia de amor entre John y Isabel queda algo disimulada, como simple complemento.
Tan poco cuidado se puso en las escenas de guerra que incluso se cometieron algunos errores, como que los vigías nunca avisan de que se acerca el enemigo hasta que éste ya ha disparado el primer tiro (qué listos, para eso no hace falta nadie vigilando), cuando la visibilidad que tienen desde la torre les permite perfectamente ver al adversario mucho antes de que éste se encuentre a distancia suficiente como para comenzar a disparar. Pero bueno, es una licencia que queda algo disimulada, ya que el espectador está más pendiente de saber qué hará Markoff a continuación o si alguno de sus hombres le pegará un tiro que de fijarse en estos detalles. En general, es una película entretenida y bastante buena dentro de su género.
Para continuar, tenemos uno de los más clásicos "westerns": Centauros del desierto, protagonizada por John Wayne (qué raro, John Wayne en una del Oeste...) y dirigida por John Ford (qué raro también). La verdad es que el "western" no suele ser un género en el que abunden las buenas películas. Hay demasiadas que se limitan a repetir los clichés de siempre y listo, pero lógicamente, se puede encontrar de todo. Hay verdaderas joyas como El día de los tramposos, donde Kirk Douglas y Henry Fonda están geniales, en una historia bastante interesante y que no es la típica pelea con los indios o el típico duelo de pistoleros. También tenemos películas divertidas y bastante originales como El bueno, el feo y el malo, o algunas simplemente entretenidas como Río Bravo, también protagonizada por John Wayne, pero que dentro de todo no está mal, pese a ser la típica película del Oeste. Por último, están los bodrios que no se aguantan por ninguna parte o que sólo repiten fórmulas prefabricadas y encima mal. Películas de esas en las que te encuentras indios con los ojos azules, malvados de pacotilla, pistoleros que no fallan un puto disparo de los cuatrocientos que tiran en una hora y media, prostitutas que parecen de todo menos prostitutas, y por supuesto mucho whisky (o tequila si les da por atravesar la frontera). Nadie bebe vino ni agua a pesar del insoportable calor.
Pues bien, Centauros del desierto pertenece a esta última clase. Ya las primeras escenas, con las típicas imágenes de la familia tradicional americana de las zonas rurales y el héroe solitario que llega a casa nos anuncian que estamos ante cualquier cosa menos una película original, y que los clichés van a estar presentes por todas partes. Así es. No falta ni el típico viejo calvo delgaducho al que le gusta estar todo el tiempo en una mecedora (a veces me pregunto si en Estados Unidos era tan frecuente ese tipo de personaje, porque mira que aparece en películas). El indio (malo, evidentemente) es un actor blanco, cómo no, y encima con los ojos claros. Mira que debe haber actores, no digo ya indios, pero sí al menos morenos, con los ojos negros y la piel algo oscura para pasar un poco desapercibidos; pues no, hay que poner al que se vea más falso que un duro sevillano.
Para colmo, la trama se hace de lo más pesada, con John Wayne y su joven ayudante (que toda la película sospechamos que es su hijo por los comentarios que se hacen, y al final nos quedamos sin saberlo, menuda gracia) dando vueltas por toda Norteamérica (México incluído) en busca de la dichosa niña que raptó el indio malo, y encima la muy hija de puta, cuando la encuentran va y dice que no, que después de tantos años ella ya es comanche y que se vayan. No me extraña que John Wayne saque el revolver y esté a punto de pegarle dos tiros. Yo hubiera hecho igual (hoy en día estas cosas son más delicadas porque a lo mejor hasta te sale alguna ministra de igualdad para censurar la película diciendo que alentaba la violencia de género). Es que hay que joderse, los dos tíos dando vueltas por ahí sin parar, aguantando nevadas, transitando desiertos, atravesando montañas y enfrentándose solitos contra los indios (otro detalle inverosímil, pero claro, hay tantos en la película que ya no viene de aquí), y la niñata va y dice que se vayan. Y bueno, no comento la "carga de caballería" del final, con una escasísima tropa de civiles al mando de un viejo capitán contra todo un poblado indio, porque es que es de risa. Mira que hay cargas de caballería en la historia del cine, pero yo creo que esta es la más penosa jamás filmada, con los yankees corriendo de un extremo a otro del campamento en el que casi no se ven indios (será que estarían durmiendo la siesta) y cuando llegan al final, vuelta para atrás otra vez con la corneta... en fin, película a evitar totalmente.
Estuve mirando algunas críticas de la gente en la red sobre esta película y me encantó la frase con la que terminaba la explicación de una de las personas que la había visto: "El mejor final para esta película sería un meteorito que acabara con todos". Qué gran verdad. Lo más cachondo es que me animé a verla porque escuché que Steven Spielberg había dicho que era la mejor película de la historia. Pues macho, cuál será la peor. Claro que a mí tampoco me gustan algunas de las películas de Spielberg, ahora que lo pienso.
Por último, y para acabar con buen sabor de boca, también quiero comentar una película poco conocida pero que no está nada mal: La Kermesse heroica, comedia francesa de 1936 ambientada en el Flandes español. Representa una pequeña ciudad flamenca a la que llega el Duque de Olivares con su escolta para pasar la noche mientras prosigue su camino. Los lugareños se asustan al principio, pensando que los soldados españoles van a saquear la ciudad, y los hombres se esconden. Las mujeres, entonces, les reciben amistosamente y la estancia se hace de lo más agradable entre festejos y banquetes. Al final de la película los soldados salen de la ciudad desfilando con ramos de flores en las puntas de sus picas y arcabuces. Todo un curioso ejemplo de alegato pacifista y feminista, pero que nunca abandona el toque cómico. Es entretenida y al mismo tiempo con mensaje, algo muy difícil de conseguir. Lógicamente, algunos detalles quizás resulten anticuados, pues el mundo ha cambiado mucho desde 1936, pero realmente vale la pena verla. La película, aunque consiguió premios y fue muy alabada, fue también prohibida, tanto por los franceses como por los ocupantes alemanes durante la guerra. Evidentemente, la mentalidad con la que está hecha es demasiado abierta para ciertas mentes estrechas de entonces. Incluso resulta algo liberal, como en el detalle de la posadera que se va cepillando a sus huéspedes españoles uno detrás de otro. Un detalle realmente sorprendente en una película de aquellos años. Y es que el director no para de mostrarnos las cosas desde una óptica realista y humana, para hacernos ver que los tópicos no son más que falsedades. Al principio de la película los flamencos se imaginan escenas espantosas en las que los españoles van a saquear e incendiar su ciudad, y luego sólo hay fiestas y concordia; incluso el cura, pese a su aspecto inquisidor, es un personaje bastante simpático y algo borrachín. Creo que el mensaje de la película se puede resumir en una escena en que los soldados están tomando algo en el mesón, y la mesonera le dice a su marido "¿Lo ves? Creo que somos injustos con los españoles", y su marido, que era quien había esparcido la alarma y la leyenda negra, responde: "Qué quieres, es la política". Recomendable película para aquel que quiera ver algo divertido e inteligente a la vez.
Imagen: http://www.blogdecine.com/2005/10/25-la-kermesse-heroica-satira-sobre-la-guerra-y-el-heroe
Comenzaré por Beau Geste, de 1939 (en blanco y negro, por supuesto), protagonizada por Gary Cooper y basada en un famoso libro del mismo título. Película de aventuras con una trama bastante interesante, y creo que muy bien dirigida. Hay detalles que no me gustan mucho, como el carácter demasiado exagerado y caricaturesco que se les da a los personajes despreciables, como el joven heredero (Gussie) o el ladrón ruso Rasinoff, pero lo compensan otros detalles como la excelente interpretación de Brian Donlevy dando vida al sargento Markoff (cuya nacionalidad rusa se debe a cuestiones políticas del año en que fue filmada la película, ya que en la obra original, el sargento es francés). Lógicamente, la película rebosa de escenas donde se exhalta la amistad, la camaradería, el honor, etc., pero curiosamente los combates con los tuaregs no centran la acción, sino que todo se mueve alrededor del tema del robo de la joya, y más tarde alrededor del intento de motín. Esto es algo muy positivo, porque deja de ser una simple película de guerra o de aventuras para capturar al espectador con la intriga de qué pasará a continuación. Incluso la historia de amor entre John y Isabel queda algo disimulada, como simple complemento.
Tan poco cuidado se puso en las escenas de guerra que incluso se cometieron algunos errores, como que los vigías nunca avisan de que se acerca el enemigo hasta que éste ya ha disparado el primer tiro (qué listos, para eso no hace falta nadie vigilando), cuando la visibilidad que tienen desde la torre les permite perfectamente ver al adversario mucho antes de que éste se encuentre a distancia suficiente como para comenzar a disparar. Pero bueno, es una licencia que queda algo disimulada, ya que el espectador está más pendiente de saber qué hará Markoff a continuación o si alguno de sus hombres le pegará un tiro que de fijarse en estos detalles. En general, es una película entretenida y bastante buena dentro de su género.
Para continuar, tenemos uno de los más clásicos "westerns": Centauros del desierto, protagonizada por John Wayne (qué raro, John Wayne en una del Oeste...) y dirigida por John Ford (qué raro también). La verdad es que el "western" no suele ser un género en el que abunden las buenas películas. Hay demasiadas que se limitan a repetir los clichés de siempre y listo, pero lógicamente, se puede encontrar de todo. Hay verdaderas joyas como El día de los tramposos, donde Kirk Douglas y Henry Fonda están geniales, en una historia bastante interesante y que no es la típica pelea con los indios o el típico duelo de pistoleros. También tenemos películas divertidas y bastante originales como El bueno, el feo y el malo, o algunas simplemente entretenidas como Río Bravo, también protagonizada por John Wayne, pero que dentro de todo no está mal, pese a ser la típica película del Oeste. Por último, están los bodrios que no se aguantan por ninguna parte o que sólo repiten fórmulas prefabricadas y encima mal. Películas de esas en las que te encuentras indios con los ojos azules, malvados de pacotilla, pistoleros que no fallan un puto disparo de los cuatrocientos que tiran en una hora y media, prostitutas que parecen de todo menos prostitutas, y por supuesto mucho whisky (o tequila si les da por atravesar la frontera). Nadie bebe vino ni agua a pesar del insoportable calor.
Pues bien, Centauros del desierto pertenece a esta última clase. Ya las primeras escenas, con las típicas imágenes de la familia tradicional americana de las zonas rurales y el héroe solitario que llega a casa nos anuncian que estamos ante cualquier cosa menos una película original, y que los clichés van a estar presentes por todas partes. Así es. No falta ni el típico viejo calvo delgaducho al que le gusta estar todo el tiempo en una mecedora (a veces me pregunto si en Estados Unidos era tan frecuente ese tipo de personaje, porque mira que aparece en películas). El indio (malo, evidentemente) es un actor blanco, cómo no, y encima con los ojos claros. Mira que debe haber actores, no digo ya indios, pero sí al menos morenos, con los ojos negros y la piel algo oscura para pasar un poco desapercibidos; pues no, hay que poner al que se vea más falso que un duro sevillano.
Para colmo, la trama se hace de lo más pesada, con John Wayne y su joven ayudante (que toda la película sospechamos que es su hijo por los comentarios que se hacen, y al final nos quedamos sin saberlo, menuda gracia) dando vueltas por toda Norteamérica (México incluído) en busca de la dichosa niña que raptó el indio malo, y encima la muy hija de puta, cuando la encuentran va y dice que no, que después de tantos años ella ya es comanche y que se vayan. No me extraña que John Wayne saque el revolver y esté a punto de pegarle dos tiros. Yo hubiera hecho igual (hoy en día estas cosas son más delicadas porque a lo mejor hasta te sale alguna ministra de igualdad para censurar la película diciendo que alentaba la violencia de género). Es que hay que joderse, los dos tíos dando vueltas por ahí sin parar, aguantando nevadas, transitando desiertos, atravesando montañas y enfrentándose solitos contra los indios (otro detalle inverosímil, pero claro, hay tantos en la película que ya no viene de aquí), y la niñata va y dice que se vayan. Y bueno, no comento la "carga de caballería" del final, con una escasísima tropa de civiles al mando de un viejo capitán contra todo un poblado indio, porque es que es de risa. Mira que hay cargas de caballería en la historia del cine, pero yo creo que esta es la más penosa jamás filmada, con los yankees corriendo de un extremo a otro del campamento en el que casi no se ven indios (será que estarían durmiendo la siesta) y cuando llegan al final, vuelta para atrás otra vez con la corneta... en fin, película a evitar totalmente.
Estuve mirando algunas críticas de la gente en la red sobre esta película y me encantó la frase con la que terminaba la explicación de una de las personas que la había visto: "El mejor final para esta película sería un meteorito que acabara con todos". Qué gran verdad. Lo más cachondo es que me animé a verla porque escuché que Steven Spielberg había dicho que era la mejor película de la historia. Pues macho, cuál será la peor. Claro que a mí tampoco me gustan algunas de las películas de Spielberg, ahora que lo pienso.
Por último, y para acabar con buen sabor de boca, también quiero comentar una película poco conocida pero que no está nada mal: La Kermesse heroica, comedia francesa de 1936 ambientada en el Flandes español. Representa una pequeña ciudad flamenca a la que llega el Duque de Olivares con su escolta para pasar la noche mientras prosigue su camino. Los lugareños se asustan al principio, pensando que los soldados españoles van a saquear la ciudad, y los hombres se esconden. Las mujeres, entonces, les reciben amistosamente y la estancia se hace de lo más agradable entre festejos y banquetes. Al final de la película los soldados salen de la ciudad desfilando con ramos de flores en las puntas de sus picas y arcabuces. Todo un curioso ejemplo de alegato pacifista y feminista, pero que nunca abandona el toque cómico. Es entretenida y al mismo tiempo con mensaje, algo muy difícil de conseguir. Lógicamente, algunos detalles quizás resulten anticuados, pues el mundo ha cambiado mucho desde 1936, pero realmente vale la pena verla. La película, aunque consiguió premios y fue muy alabada, fue también prohibida, tanto por los franceses como por los ocupantes alemanes durante la guerra. Evidentemente, la mentalidad con la que está hecha es demasiado abierta para ciertas mentes estrechas de entonces. Incluso resulta algo liberal, como en el detalle de la posadera que se va cepillando a sus huéspedes españoles uno detrás de otro. Un detalle realmente sorprendente en una película de aquellos años. Y es que el director no para de mostrarnos las cosas desde una óptica realista y humana, para hacernos ver que los tópicos no son más que falsedades. Al principio de la película los flamencos se imaginan escenas espantosas en las que los españoles van a saquear e incendiar su ciudad, y luego sólo hay fiestas y concordia; incluso el cura, pese a su aspecto inquisidor, es un personaje bastante simpático y algo borrachín. Creo que el mensaje de la película se puede resumir en una escena en que los soldados están tomando algo en el mesón, y la mesonera le dice a su marido "¿Lo ves? Creo que somos injustos con los españoles", y su marido, que era quien había esparcido la alarma y la leyenda negra, responde: "Qué quieres, es la política". Recomendable película para aquel que quiera ver algo divertido e inteligente a la vez.
Imagen: http://www.blogdecine.com/2005/10/25-la-kermesse-heroica-satira-sobre-la-guerra-y-el-heroe
No hay comentarios:
Publicar un comentario