Suelo aprovechar las convocatorias electorales para hacer algún análisis político de las alternativas posibles, pero en esta ocasión no lo veo necesario. Repasando la entrada de hace un año, veo que las mismas palabras siguen siendo válidas. No hace falta cambiar ni una coma.
La diferencia, si acaso, sería que cada vez tenemos menos tiempo, que con la situación tan crítica que atravesamos, no podemos permitirnos el lujo de votar a los de siempre, y esperar 4 años, para votar por fin algo distinto. Deberíamos hundir ya a los partidos tradicionales. Pero no lo vamos a hacer. El día 26, los catalanes nos encontraremos gobernados de nuevo por CiU, PP, PSC, ERC... la historia se repite. Si acaso, con un poco de suerte, la probable entrada de CUP añadirá una cierta frescura al Parlament. Pero su escasa representación y el seguro olvido al que los van a condenar los medios, no hacen pensar que puedan tener una influencia importante. También podría ocurrir que EsconsEnBlanc o Pirata.cat consiguieran alguna pequeña representación (ojalá), pero las esperanzas no son muchas, y en todo caso sería un logro casi simbólico.
Dirán algunos que el tema del referendum sobre la independencia hace de esta convocatoria algo completamente diferente. Pero no nos engañemos: se trata de una gran cortina de humo con la que Mas y Rajoy pretenden, a base de revivir los nacionalismos catalán y español, tapar otras noticias y otros debates, y sobre todo el gran debate: cómo cambiar este sistema gastado, que ya no funciona.
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